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Mensaje por Edward Cullen. Mar Abr 26, 2011 5:36 pm

Capítulo 6: Port Ángeles
Emmett me había convencido para partir el jueves por la noche. Estaba ansioso por enfrentarse con un oso. Pero mientras nos dirigíamos al bosque de Goat Rocks una sensación de ansiedad me recorría el cuerpo. Nadie se nos había unido a la cacería asique aprovecharía para que me contase que es lo que hizo él cuando se encontró con aquellas dos personas de sangre tan llamativa. Estaba en lo alto de un árbol viendo como peleaba con un oso que acababa de salir de la hibernación. Si Alice viese lo que le estaba pasando a la ropa… cuando el cuerpo inerte de la bestia cayó al suelo decidí que era el momento de hablar con él pues el domingo estaba terminando y estábamos saciados.
-será hora de regresar a casa- empecé- mañana será un día muy soleado y mi coche no tiene los cristales adecuados
-has estado nervioso todo el fin de semana. Y lo que más me sorprende es que te has alimentado el doble de rápido de lo normal “¿querrá volver por algo en especial?” aún podemos disfrutar de un par de días más.
- no sé qué me pasa. Pero me gustaría hablar contigo para que me ayudes.
-¿yo? ¿Ayudarte a ti? Siempre ha sido al revés.
-mira, el sábado voy a estar con Bella todo el día y necesito saber que hiciste tu cuando te paso a ti.
Sus recuerdos eran muy vividos. Era una noche oscura y fría. No sabría decir muy bien que ciudad era. Tal vez Barcelona. Una mujer tendía la ropa en la cuerda. De repente una brisa trajo su esencia, esa esencia que me desgarraba la garganta y me nublaba la vista. No veía muy bien lo que estaba pasando pero sentía como la sangre caliente bañaba mi ser. El recuerdo cambio. Estaba en otra ciudad y en otros años. El aroma me lleno todo el ser pero la vergüenza podía más y eche a correr.
-yo…Edward lo siento.
-no pasa nada. Será mejor que nos cambiemos de ropa. Bueno mejor dicho que te cambies- le señale los pocos trozos de tela que cubrían su cuerpo- menos mal que Alice no ha visto lo que le has hecho a esta.
Volvimos a Forks y aparque mi coche en el garaje. Tenía que ver como se encontraba Bella. Estaba preciosa con la carita relajada. Le estuve mirando un buen rato y descubrí que tenía arañazos en las manos. ¿Se habría caído? Me di cuenta que la sensación de angustia que me acompaño todo el fin de semana había desaparecido por completo. Empecé a mirar sus libros ¿le gustaba cumbres borrascosas? Así debía de ser porque lo tenía muy desgastado. Abrí su reproductor de CD. No me lo podía creer. Ese mismo Cd lo tenía yo. Se me ocurrió que lo echaría para el fin de semana en el coche. Salí de su habitación y seguí su rastro. Quería saber todo lo que había hecho en mi ausencia. El olor me llevo al bosque que había en la parte trasera de su casa. ¿Qué habría estado haciendo allí? Fuese lo que fuese no era buena idea. Alice nos había avisado que tendríamos visita en breves y no quería que Bella se topara con ellos. Estaba a punto de amanecer y sabía que me tocaba volver a mi refugio durante unos días hasta que el sol decidiese ocultarse de nuevo.
El lunes pasó muy lento. Estuve perfeccionando su nana y tocando algunos temas que Esme me iba pidiendo. Por lo menos no tuve que aguantar a Rose hasta última hora de la tarde. Emmett y ella se habían ido a pasar los días a su casa en las afueras de Forks. Pero para no variar la habían destrozado. Sabía que era muy pronto para ir a ver a Bella pero la echaba enormemente de menos. Charlie y yo llegamos a la vez y agudice el oído. Al parecer Bella iba a ir a Port Ángeles con Jessica y Ángela para comprar el vestido del sábado.
No había más que una tienda allí así que me aposte delante con el coche ya que hacia sol y no podía salir de él. Preste atención a la mente de Ángela pero estaba enfrascada en que vestido le gustaría a Eric. Al parecer iban a ir juntos. Cambie a la mente de Jessica. Habían pensado ir a la zapatería a por los zapatos y después a cenar. Arranque el coche y me dirigí a la zapatería. Esta vez aparque en un callejón desde el cual podía ver como llegaban. Estaba allí para protegerla no para que me viese.
Vi doblar la esquina a Jessica y Ángela pero ni rastro de Bella. Busque en su mente y descubrí que se habían separado y que se había marchado a la librería. Aún era de día asique me acerque a la librería con el coche pero la dependienta no le había visto. Me estaba empezando a poner nervioso. Comencé a buscar en la mente de los transeúntes. Pronto anochecería y me podría escapar de esa cárcel de metal para seguirle el rastro a pie. Entonces lo vi en esa mente. Era el rostro de Bella pero ese hombre estaba pensando en hacerle daño. Quise matarlo pero me concentre en encontrar a Bella. Estaba en un callejón. No había ningún edificio con ventanas. Sabía dónde estaba. Conocía ese callejón así que me dirigí con el coche hacia allí. La visión de Bella desde cuatro puntos diferentes me aseguro que estaba en la dirección adecuada. Pero ella no mostraba signo alguno de miedo, más bien parecía como si fuese a pelear. Seguro que estaba en shock. Casi atropelle al cabecilla de la banda pero se retiró a tiempo. Derrape y le abrí la puerta a un metro de ella.
-entra- ahora que estaba a salvo tenía que alejarme para no matar a esos… a esos… acelere y me dirigí hacia el puerto-ponte el cinturón- gracias a dios me hizo caso. Tenía que volver y matarlos. No tenía que controlarme por ella. Aunque yo en este estado no era la mejor compañía.
-¿estas enfadado conmigo?
-no. Le espete. Estaba usando todo mi control para no dar la vuelta- ¿bella?- ¿estaría bien? No era capaz de apartar la vista de la carretera y mirarla
-¿sí?- su voz sonó muy débil
-¿estás bien?
-si
-distráeme por favor
-perdona ¿Qué?- era ella la que no debía pensar y en cambio le pedía que me distrajese
-limítate a charlar de cualquier cosa insustancial hasta que me calme- cerré los ojos y me masajee el puente de la nariz con el pulgar y el índice
-eh…mañana antes de clase voy a atropellar a Tyler Cowley- le acababan de intentar violar y asesinar y ella solo pensaba en matar a Tyler. Era impredecible. Me sonreí.
-¿Por qué?- aún no estaba lo bastante calmado y oír su voz seria lo que me calmaría del todo.
-va diciendo por ahí que me va a llevar al baile de promoción…o está loco o intenta hacer olvidar que casi me mata cuando…bueno tú lo recuerdas, y cree que la promoción es la forma adecuada de hacerlo. Estaremos en paz si pongo en peligro su vida y ya no podrá seguir intentando enmendarlo. No necesito enemigos, y puede que Laurent se apacigüe si Tyler me deja tranquila. Aunque también podría destrozarle el Sentra. No podrá llevar a nadie al baile de fin de curso si no tiene coche…-parecía que contarlo le había relajado
-estaba enterado
-¿sí?- estaba asombrada- si esta paralitico del cuello para abajo tampoco podrá llevar a nadie al baile de fin de curso- pero ella no era capaz ni de matar una mosca. Lo entendía. Suspire-¿estás bien?
-en realidad, no-abrí los ojos y apoye la cabeza en el asiento.
-¿Qué es lo que pasa?
-tengo problemas con mi genio, Bella- susurre- pero no me conviene dar la vuelta y dar caza a esos…-ladrones, violadores, asesinos- al menos, eso es lo que me intento convencer.
Bella miro el salpicadero. Eran las seis y media.
-Jessica y Ángela se van a preocupar. Iba a reunirme con ellas
Se me había olvidado que habían quedado en “la bella Italia”. Arranque y conduje hasta allí sorteando el tráfico. Ya habían cenado y se dirigían en busca de Bella en la dirección que estaban los violadores.
-¿Cómo sabias donde…?-se me había olvidado preguntarle donde quedaron. Salid del coche y abrí su puerta.
-¿Qué haces?
-llevarte a cenar- se peleó con el cinturon y salió del coche.
-detén a Jessica y Ángela antes de que también deba ir a buscarlas a ellas. Dudo que pueda volver a contenerme si me tropiezo otra vez con tus amigos- mi comentario la asusto
-¡Jess, Ángela!- se giraron y se sorprendieron al verme a su lado.
-¿Dónde has estado? “¿estará liada con él?”-dijo Jessica
-me perdí y luego me encontré con Edward- no les había dicho que casi la matan.
-¿os importaría que me uniera a vosotras?- sabía que ya habían cenado
-eh, sí, claro- “¿aun estaré a tiempo de pedirle que me acompañe el sábado?”
-de hecho- confeso Ángela- Bella, lo cierto es que ya hemos cenado mientras te esperábamos…perdona
-no pasa nada. No tengo hambre
-creo que deberías comer algo- tenía que subirle la glucosa o entraría en shock severo-¿os importa que lleve a Bella a casa esta noche? Así, no tendréis que esperar mientras cena.
“¿querrán estar a solas?” pensaron las dos a la vez.
-eh, supongo que no hay problema…-dijo Jessica. Bella le giño un ojo. “mañana me lo vas a tener que contar todo, maja”
-de acuerdo “dejémosles solos”. Os veo mañana, Bella, Edward- se despidió Ángela y agarro a Jessica para llevarla al coche. Le abrí la puerta del restaurante a Bella.
-de verdad no tengo hambre
-compláceme- voy a conseguir que entres. Una metre se dirigió hacia nosotros
-¿tiene mesa para dos?- nos llevó a una gran mesa pero yo quería tener más intimidad y le negué con la cabeza cuando fue a sentarse. Escondí un billete de veinte en mi palma y se lo di disimuladamente-¿tiene, tal vez, algo más privado?- estaban sorprendidas las dos
-naturalmente- y nos dirigió a los reservados- ¿algo como esto?
-perfecto- le deslumbre con mi mirada y empezó a respirar y palpitar más rápido
-esto…ahora mismo les atiendo- se alejó con paso vacilante a la cocina donde tuvo que apoyarse en la pared para no desmayarse.
-de veras, no deberías hacerle eso a la gente- me critico- es muy poco cortes
-¿hacer qué?
-deslumbrarla…probablemente ahora estará en la cocina hiperventilando- ¿Cómo se había dado cuenta?- oh venga. Tienes que saber el efecto que produces en los demás
-¿los deslumbro?
-¿no te has dado cuenta? ¿Crees que todos ceden con tanta facilidad?
-¿te deslumbro a ti?
-con frecuencia- su pulso se disparó. Yo le ponía nerviosa. Entonces llego una camarera. La anterior era incapaz de volver. “menudo bombón ¿podría pasarle mi numero sin que ella me viera?”
-hola, me llamo Amber y voy a atenderles esta noche ¿Qué les pongo de beber?- solo me miraba a mí pero yo solo podía mirar a Bella.
-voy a tomar una coca cola
-dos- Bella tendría sed por el susto
-enseguida las traigo- y se fue sonriente. Tenía la vista en Bella por si empezaba a mostrar algún síntoma de Shock
-¿Qué pasa? – me pregunto
-¿Cómo te siente?
-estoy bien- no, no estaba bien. Nadie podría estar bien después de lo ocurrido.
-¿no tienes mareos, ni frio, no malestar…?
-¿debería?
Me reí. Ella no era normal. Nunca se preocupaba por ella misma y lo más seguro es que ahora fingiese para no hacerme daño a mí.
-bueno, de echo esperaba que entraras en estado de Shock- le confesé
-dudo que eso vaya a suceder. Siempre se me ha dado muy bien reprimir mis las cosas desagradables
- da igual, me sentiré mejor cuando hayas tomado algo de glucosa y comida
La camarera nos trajo las bebidas y una cesta de colines. Se giró hacia mí pero yo no desvié la vista
-¿han decidido lo que van a pedir?
-¿Bella?
-eh…tomare los ravioli de setas
-¿y usted?
-nada para mí- la seguía ignorando. No quería deslumbrarla como me había dicho antes Bella
-si cambia de opinión, hágamelo saber- pero se marchó descontenta
-bebe- le ordene a Bella. Cuanto antes metiera glucosa en su cuerpo mejor. Se la termino enseguida y le acerque el otro vaso.
-gracias- le dio otro sorbo y se estremeció
-¿tienes frio?- tenía que estar helada. Iba con una camiseta azul de manga corta
-es solo la coca cola- pero se volvió a estremecer. Me daba pena
-¿no tienes cazadora?
-si- pero miro a su alrededor- vaya me la he dejado en el coche de Jessica- ¡valla cabeza! Me quite la mía. Estaría fría pero por lo menos le abrigaría y su olor se quedaría impregnado en ella. Eso me facilitaría las cosas porque tendría algo con lo que acostumbrarme a su olor y no poder dañar
-gracias- tirito de nuevo y la olio ¿le gustaría mi olor? Le quedaba grande y se arremango para tener libres las manos.
-tu piel tiene un aspecto encantador con ese azul- le acababa de decir un piropo y se sonrojo. Le acerque la cesta de los colines
- no voy a entrar en estado de shock de verdad- me protesto
-pues deberías, una persona normal lo haría, y tú ni siquiera pareces alterada- me tenía desconcertado pero sus ojos estaban siendo mi propio espacio para perderme.
-me siento segura contigo- me confeso. Pero eso no debía ser así. Tendría que temerme
- esto es más complicado de lo que pensaba- pensé en voz alta. Sus ojos estaban cargados de preguntas. Cogió un colín y lo mordisqueo abstraída en sus pensamientos. Esos a los que yo no tenía derecho a entrar
-normalmente estas de mejor humor cuando tus ojos brillan- le mire incrédulo. ¿Entendería por qué era eso?
-¿Qué?
-estas de mal humor cuando tienes los ojos negros. Entonces, me lo veo venir. Tengo una teoría.- intente no reírme. Quería escuchar lo que me contara
-¿más teorías?
-aja- mastico el colín lentamente. ¿Acaso quería hacerme sufrir?
-espero que esta vez seas más creativa ¿o sigues tomando ideas de los tebeos?- me ríe burlonamente sin poder evitarlo
-bueno no. No la he sacado de un tebeo, pero tampoco me la he inventado- me confeso
-¿y?- pero la camarera nos interrumpió. Le puso el plato delante a Bella de mala gana pero se volvió hacia mí. Realmente estaba interesada en mí. Malditas armas de cazador
-¿ha cambiado de idea? ¿No hay nada que le pueda ofrecer?- me estaba hablando con segundas intenciones. Lo podía leer en su mente. Entonces me di cuenta que Bella se había bebido todo el refresco
-no, gracias, pero estaría bien que nos trajera algo más de beber
-claro- cogió los vasos y se marcho
-¿Qué decías?- le pregunte a Bella
-te lo diré en el coche si…-pídeme lo que quieras mi amor.
-¿hay condiciones?
-tengo unas cuantas preguntas, por supuesto
-por supuesto- repetí. La camarera había regresado con dos coca colas. Las dejo en la mesa y se marchó pensando en cómo pasarme su numero
-bueno, adelante- le insistí. Estaba ansioso por saber cuánto pensaba
-¿Por qué estás en Port Ángeles?
Baje la visa y cruce las manos encima de la mesa. Cuando levante la cabeza estaba utilizando todos mis recursos
-siguiente pregunta
-pero esa es la más fácil- objeto
-la siguiente-no quería decirle que era por ella
Bajo la vista y se comió un ravioli lentamente. Estaba pensando. Bebió un sorbo del refresco y continúo
-en tal caso, de acuerdo. Supongamos que hipotéticamente, alguien es capaz de…saber que piensa la gente, de leer sus mentes, ya sabes, salvo unas cuantas excepciones
-solo una excepción- le corregí- hipotéticamente
Estuvimos hablando de cómo le había seguido el rastro. Me intento tocar la mano una vez pero yo la retire. No quería que se asustara
-puedes confiar en mi- me dijo cuándo me pregunto como lo había hecho
-no sé si tengo alternativa-susurre- me equivoque eres mucho más observadora de lo que pensaba
Volvió a intentar tocarme la mano y esta vez el deje que tocara mi dorso de la mano con las yemas de los dedos. Era un contacto tan cálido y en el fondo lo anhelaba
-gracias- parecía satisfecha- es la segunda vez
-no dejaras que haya una tercera ¿verdad?- no quería que se enamorara ni que mi estúpido cuerpo frio le molestara. Retire mi mano de la suya y confesé que estaba allí para protegerla. Le dije que su primera vez cara a cara con la muerte fue cuando me conoció
-y aun así estas aquí sentada- le dije incrédulo
-sí, estoy aquí…es por ti. Porque de alguna manera has sabido encontrarme hoy- mire su plato. No lo había tocado prácticamente.
-tu comes y yo hablo- continúe contándole lo que había oído en la mente de esos mal nacidos. Apoye mi codo en la mesa y escondí mis ojos en mi mano. Me estaba volviendo a alterar.-resulto duro, no sabes cuánto, dejarlos…vivos. Te podía haber dejado ir con Jessica y Ángela, pero temía que, si me dejabas solo, iría a por ellos
Se estaba asustando. Su corazón estaba latiendo a un ritmo descompasado. Levante la cabeza para tranquilizarla.
-¿estas lista para ir a casa?
-estoy lista para salir de aquí- era como si quisiera huir de mí y yo no se lo impediría. La camarera me trajo la cuenta con su número anotado pero no le di opción a que se hiciera ilusiones y le deje una buena propina. Bella suspiro ¿Qué pensaría? Le abrí la puesta del copiloto. Cuando entre en el coche encendí la calefacción. Era la segunda vez que la usaba y arranque.
-ahora- le dije sujetando el volante con las dos manos ya que la intensidad de su aroma nublaba mi razón- te toca a ti
Edward Cullen.
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Mensaje por Edward Cullen. Mar Abr 26, 2011 6:58 pm

Capítulo 7: la verdad
-¿puedo hacerte solo una pregunta más?- me pidió. Suspire. Quería saber cuál era su teoría.
-una- le dije con el semblante duro
-bueno…dijiste que sabias que no había entrado a la librería y me había dirigido al sur. Solo me preguntaba como lo sabias.
Mire a la carretera. No quería confesarle que era como un perro y que le había seguido el olor.
-pensaba que habíamos pasado la etapa de las evasivas- refunfuño
-de acuerdo. Seguí tu olor- parecía que tenía más de una pregunta.
- aun no has respondido a la primera de mis preguntas
Le mire con desaprobación. Quería saber que pensaba.
-¿Cuál?- acepte rendido. Sabía que era cabezota y esa idea no se la iba a quitar de la cabeza hasta que se lo hubiese respondido todo.
-¿cómo funciona lo de leer mentes? ¿Puedes leer la mente de cualquiera en cualquier pare? ¿Cómo lo haces? ¿Puede hacerlo el resto de tu familia…?
-has hecho más de una pregunta- puntualice- solo yo tengo esa facultad y no puedo ori a cualquiera en cualquier parte. Debo estar bastante cerca. Cuanto más familiar me resulta esa voz más lejos soy capaz de oír, pero aun así, no más de unos pocos kilómetros-reflexione para que me entendiera- se parece un poco a un enorme hall repleto de voces al fondo, hasta que localizo una voz y entonces esta claro lo que piensa…la mayor parte del tiempo no escucho, ya que puede llegar a distraer demasiado y así es más fácil parecer normal y no responder a los pensamientos de alguien antes de que los haya expresado con palabras
-¿porque crees que no puedes oírme?- sentía curiosidad por mí
-no lo sé- murmure-mi única suposición es que tal vez tu mente funcione de forma diferente a las demás. Es como si tus pensamientos fluyeran en onda media y yo solo captase los de frecuencia modulada- me reí ante la forma de expresarme
-¿mi mente no funciona bien? ¿Soy un bicho raro?
-yo oigo voces en la cabeza y es a ti quien le preocupa ser un bicho raro- que poquito se quería cuando ella valía mucho- no te inquietes es solo una teoría… y eso nos trae de vuelta a ti.
Suspiro.
-pensé que habíamos pasado la etapa de las evasivas- le recordé con dulzura. Quería que me lo contara. Me estaba desesperando. ¿Tan mala era su teoría? Miro los cuadros de control y entonces…
-¡dios santo! ¡Ve más despacio!
-¿Qué pasa?- me sobresalto pero no baje la velocidad. ¿Habría entrado ya en shock? ¿O quizás se había dado cuenta que yo era un peligro?
-¡vas a ciento sesenta!- estaba chillando
-tranquilízate Bella-puse los ojos en blanco
-¿pretendes que nos matemos?
-no vamos a chocar- mi vista era perfecta y mis reflejos aún mas
-¿porque vas tan deprisa?- su corazón parecía ir a explotar en cualquier momento aunque intentaba sonar tranquila
-siempre conduzco así- me gire para tranquilizarla con una sonrisa
-¡no apartes la vista de la carretera!
-nunca he tenido un accidente Bella ni siquiera me han puesto una multa-siempre les oigo y disminuyo la velocidad- a prueba de radares- le dije tocándome la frente
-muy divertido- estaba que echaba chispas- Charlie es policia ¿recuerdas? He crecido respetando las leyes de tráfico. Además si nos la pegamos contra el tronco de un árbol y nos convertimos en una galleta de volvo, tendrás que regresar a pie.
-probablemente- me reí de buena gana-pero tú no- se me había olvidado que ella era mortal. Suspire y levante el pie hasta que descendió a ciento veinte-¿satisfecha?
-casi
-odio conducir despacio- musite para que no me oyera
-¿a esto le llamas despacio?
-basta de criticar mi conducción-me había enfadado- sigo esperando tu ultima teoría- se mordió el labio y la mire- no me voy a reír- le prometí
-temo más que te enfades conmigo
-¿tan mala es?
-bastante, si- me tranquilice y la anime a seguir- no sé cómo empezar
-¿porque e no empiezas por el principio? Dijiste que no era tu invención
-no
-¿cómo empezaste? ¿Con un libro? ¿Con una película?- le estaba ayudando a hablar
-no. Fue el sábado en la playa- estaba confundido. ¿Que tenía que ver la playa en todo esto?-me encontré con una viejo amigo de la familia…Jacob Black. Su padre y Charlie han sido amigos desde que yo era niña.- estaba perplejo. ¿Acaso ese tal Black será descendiente del que conocí hace tantos años? ¿Abrían roto el tratado?- su padre es uno de los ancianos Quileutes- me quede helado- fuimos a dar un paseo…y él me estuvo contando viejas leyendas para asustarme.me conto una…
-continua- le ayude. ¿Acaso ya sabía descubierto lo que éramos?
-…sobre vampiros- agarre fuerte el volante y tuve que controlarme para no quedarme con él en la mano. ¿Nos habría relacionado con esa historia?
-¿e inmediatamente te acordaste de mí?-me tranquilizate
-no. Jacob menciono a tu familia- ¡malditos perros! Esto lo tenía que saber Carlisle. Nunca debimos confiar en ellos.-solo creía que era una superstición estúpida- estaba tratando de defender a su amigo- no esperaba que yo me creyera ni una palabra. Fue culpa mía.
-¿Por qué?
-Lauren dijo algo sobre ti…intentaba provocarme. Un joven mayor de la tribu mencione que tu familia no acudía a la reserva, solo que sonó como si aquello tuviera un significado especial, por lo que me lleve a Jacob a solas y le engañe para que me lo contara-tenía la cabeza agachada de vergüenza
-¿cómo le engañaste?- no dejaba de sorprenderme
-intente flirtear un poco…funciono mejor de lo que había pensado
- me gustaría haberlo visto- me reí entre dientes- y tú me acusas de confundir a la gente…pobre Jacob Black!- se volvió a poner roja como un tomate. Llevaba muchas horas con ella. No me facilitaba nada que su sangre se reflejara en su cara. Era tan tentador…
-¿qué hiciste entonces?
-busque en internet
-¿y eso te convenció?-volví a aferrar fuerte el volante. Seguro que sí que le había convencido
-no. Nada encajaba. La mayoría eran tonterías y entonces…- lo descubrió. Era ahora cuando me pedía que me alejara de su lado. –decidí que no me importaba
-¿¡que no te importaba!?- me dejo completamente vulnerable. ¿Cómo era eso posible? Le mire incrédulo
-no-dijo suavemente-no me importa lo que seas
-¿no te importa que sea un monstruo?- se lo acaba de corroborar-¿que no sea humano?
-no-volví a mirar al frente. No me lo podía creer. No le importaba estar conmigo en el coche a solas.
-te has enfadado-suspiro- no debería haberte dicho nada
-no. Prefiero saber lo que piensas, incluso cuando lo que pienses sea una locura.
-¿asique me he equivocado otra vez?
-no me refiero a eso. No importa- le dije entre dientes.
-¿estoy en lo cierto?
-¿importa?- que más daba ya. Suspiro
- en realidad no, siento curiosidad- estaba tranquila. No estaba asustada
-¿sobre qué tienes curiosidad?
-¿cuántos años tienes?
-diecisiete- le dije sin pensar
-¿y cuánto hace que tienes diecisiete años?- fruncí los labios. Seguro que se asustaba
-bastante-admití. Ya de perdidos al rio.
-de acuerdo-sonrió. Le mire incrédulo- no te rías pero ¿Cómo puedes salir de día?
Ya empezábamos con los mitos. Me reí de buena gana pero no le molesto
-un mito
-¿No te quema el sol?
-un mito- le repetí
- ¿y lo de dormir en ataúdes?
- un mito- me sentía bien confesándole todo- no puedo dormir
-¿nada?
-jamás- y era una pena porque así podría soñar con ella. Le mire y me fundí en sus ojos. Gire la vista al sentir como perdía los estribos de mi control
- aun no me has formulado la pregunta más importante- era hora de hablar de mi dieta
-¿cuál?
-¿no te preocupa mi dieta?- le pregunte con sarcasmo
-ah- musito. Se puso nerviosa-esa
-si esa. ¿No quieres saber si bebo sangre?
Se asustó y se apretó contra la puerta
-bueno Jacob me dijo algo al respecto- eso prometía
-¿qué te dijo Jacob?
-que no cazabais personas. Dijo que se suponía que vuestra familia no era peligrosa porque solo dabais caza a animales
-¿dijo que no éramos peligrosos?- mi voz sonó algo escéptica
-no exactamente. Dijo que se suponía que no lo erais, pero los Quileutes siguen sin quereros en sus tierras por si acaso. ¿Entonces es verdad que no cazáis personas?
- la mayoría de los Quileutes llegan lejos…- seguro que ese tal Jacob sería un buen perro- aunque no dejes que eso te satisfaga. Tienen razón al mantener la distancia con nosotros.
-no comprendo.- ahora me tocaba explicarle mi dieta y sus problemas
-intentamos…solemos ser buenos en todo lo que hacemos, pero a veces cometemos errores. Yo, por ejemplo, al permitirme estar contigo a solas.
-¿esto es un error?- su voz sonó triste. Parecía como si ella tampoco quisiera poner carretera entre nosotros.
- uno muy peligroso.- estuvimos varios minutos callados.
-cuéntame más- me pidió. Le mire sobresaltado por el tono de su voz. ¿Tenía miedo de algo? ¿Tendría miedo a que le mordiera?
-¿qué más quieres saber?
-dime porque cazáis animales en lugar de personas- estaba llorando.
-no quiero ser un monstruo- le dije en voz baja
-¿pero no bastan los animales?
-no puedo estar seguro, por supuesto, pero yo lo compararía con vivir a basa de queso y leche de soja. Nos llamamos a nosotros mismos vegetarianos, es nuestro pequeño chiste privado. No sacia el apetito por completo, bueno, más bien la sed, pero nos mantiene lo bastante fuertes para resistir…la mayoría de las veces- no podía explicarle lo que me pasaba con ella- unas veces es más difícil que otras
-¿te resulta muy difícil ahora?-suspire. ¿Acaso no se notaba que estaba perdiendo el control con cada minuto que pasaba?-pero ahora no tienes hambre.
-¿Qué te hace pensar eso?
-tus ojos. Te dije que tenía una teoría. Me he dado cuenta de que la gente, y los hombres en particular, se enfadan cuando tienen hambre
-eres muy observadora ¿verdad?-me reí entre dientes
-este fin de semana estuviste cazando ¿verdad?
-si- ya que no le importaba lo que éramos podía hablarle con cierta naturalidad- no quería salir, pero era necesario. Es un poco más fácil estar cerca de ti cuando no tengo sed
-¿porque no querías marcharte?
-el estar lejos de ti me pone…ansioso.- me acorde de la sensación que me acompaño en mi viaje- no bromeaba cuando te pedí que no te cayeras al mar o te dejaras atropellar el jueves pasado. Estuve distraído todo el fin de semana, preocupado por ti, y después de lo acaecido esta noche, me sorprende que hayas salido indemne del fin de semana- recordé los arañazos de sus manos- bueno, no del todo
-¿Qué?
-tus manos- ella se las observo como si no supiese que tenía heridas en ellas. Estaba realmente asombrada
-me caí
- es lo que pensé- cuan frágil era. Pero yo tenía toda la eternidad para protegerla. Sonreí ante tal idea- supongo que, siendo tú, podía haber sido mucho peor, y esa posibilidad me atormente mientras duro mi ausencia. Fueron tres días realmente largos y la verdad es que puse a Emmett de los nervios.
-¿tres días? ¿No acabas de regresar hoy?
-no, volvimos el domingo- el no poder estar a tu lado me estaba matando
-entonces, ¿Por qué no fuisteis ninguno de vosotros al instituto?- estaba enfadada por mi ausencia escolar.
-bueno, me has preguntado si el sol me daña, y no lo hace, pero no puedo salir a la luz del día…al menos, no donde pueda ver alguien.
-¿Por qué?
-alguna vez te lo mostrare- le prometí. Y esta vez lo cumpliría
-me podías haber llamado- ¿también ella me había echado en falta? Su mente era mi confusión. Nunca sabía por dónde me iba a salir
-pero sabía que estabas a salvo
-pero yo no sabía dónde estabas. Yo…
-¿Qué?- ¿acaso se estaba preocupando por mi bienestar?
-me disgusta no verte. También me pone ansiosa- se puso colorada. Entonces todo encajo. Se estaba enamorando de mí. Lo que yo tanto quería evitar
-ay-gemí- eso no está bien
Se quedó confundida. Trate de explicárselo sin herirla
-¿no lo ves Bella? De todas las cosas en que te has visto involucrada, es una de las que me hacen sentir peor. No quiero que te sientas así. Es un error. No es seguro. Bella, soy peligroso, grábatelo, por favor
-no- me volvía a retar pero no conseguía entender el motivo por el cual lo hacia
-hablo en serio
-también yo. Te lo dije no me importa lo que seas. Es demasiado tarde.
-jamás digas eso- nunca es tarde para salvarte. Te mereces una persona que te pueda dar lo que yo no te podre dar jamás. Necesitas un humano que envejezca a tu lado.
-¿en qué piensas?- me mataba no saber qué es lo que pasaba por esa pequeña mente humana.- ¿estas llorando?
Se sorprendió de mi pregunta. Se limpió la mejilla y observo unas lagrimillas pero volvió a ponerse en guardia
-no
Extendí la mano para consolarla. Quería abrazarla y hacerle sentir bien. Pero no llegue a tocarla. Era un error que no debía cometer otra vez más. Agarre el volante de nuevo. ¿Por qué nunca sentía miedo? Nunca había vacilado a mi lado al igual que esta noche.
-dime una cosa. Esta noche justo antes de que yo doblara la esquina ¿en qué pensabas? No comprendí tu expresión…no parecías asustada, sino más bien concentrada al máximo en algo
-intentaba recordar como incapacitar a un atacante, ya sabes…autodefensa. Le iba a meter la nariz en el cerebro a ese…
-¿ibas a luchar contra ellos? ¿No pensaste en correr?
-me caigo mucho cuando corro
-¿y en chillar?
-estaba a punto de hacerlo
-tienes razón. Definitivamente, estoy luchando contra el destino al intentar mantenerte con vida.-estábamos llegando a Forks así que reduje la velocidad para tener un poco más de tiempo con ella aunque no era buena idea porque el dolor de la garganta era insoportable y prácticamente estaba al límite de luchar contra la niebla que invadía mi razón
-¿te veré mañana?
-sí. También tengo que entregar un trabajo- le sonreí. Alguien tendría que abrigarla para que no se pusiera mala- te reservare un sitio para almorzar
Se quedó callada hasta llegar a su casa. Aparque delante para que se bajara pero no se movió. ¿Acabaría de entrar en shock ahora mismo? Quise zarandearla pero hablo
-¿me prometes estar ahí mañana?
-lo prometo- estaba empezando a hacerle promesas que si cumpliría. Me hacía sentir mejor. Se quitó mi cazadora.
-te la puedes quedar…no tienes una para mañana- pero aun así me la devolvió.
-no quiero tener que explicárselo a Charlie
-ah, de acuerdo- así que solo era que no quería decirle al jefe de policía que le habían intentado violar y matar. Sonreí. No se lo decía por que fuese la chica más patosa del planeta si no por proteger a su padre que seguramente removería cielo y tierra para darles el merecido que se habían ganado. Mire para el bosque y me acorde de algo
-¿Bella?
-¿sí?
-¿vas a prometerme algo?- estaría más tranquilo aunque pasara con ella las noches pero nunca se sabe que puede pasar
-si
-no vayas sola al bosque- parecía confusa. Para ella solo eran árboles y animalitos
-¿Por qué?-eche otra rápida ojeada al bosque
-no soy la criatura más peligrosa que ronda por ahí fuera. Dejémoslo así
- lo que tú digas
-nos vemos mañana- necesitaba respirar al aire fresco. Habían sido más de treinta minutos con ella en un espacio muy reducido.
-entonces, hasta mañana- puso cara de pena. Ella no quería despedirse de mi ni yo de ella pero tenía que ser así. A la noche iría a verle dormir. Entonces desee besarla con todas mis fuerzas
-¿Bella?- le llame mientras me inclinaba hacia ella y me quede a escasos centímetros de su cara. Su corazón no latía. ¿Tendría miedo ahora? Eran tantas las reacciones que tenían los seres humanos…-que duermas bien
Bella se quedó paralizada. Como me había dicho en el restaurante a veces la deslumbraba y esta era una de ellas. Cuando se recuperó salió del coche y espere a que se metiera en casa, entonces arranque y me dirigí a mi casa.
Alice me estaba esperando. Tenía cara de felicidad. ¿Qué habría pasado?
-Edward, el fin sábado hará sol. ¿Ya sabes lo que quiere decir eso no?
La verdad es que no sabía por dónde quería salirme mi hermana ahora. No entendía por qué estaba contenta de tener que estar encerrada en casa por culpa del sol
-Alice o te explicas mejor o no te voy a poder seguir
-¿tú no tenías una cita con Bella?- entonces caí en la cuenta. No podríamos ir a Seattle de día. Pero mi hermanita estaba en todo y me mostro lo que quería decir. Éramos Bella y yo en mi prado.
-además los visitantes que esperábamos pasaran de largo. Otro motivo más para estar contenta ¿no? Aunque bueno no eran hostiles o eso me pareció…
Deje a mi hermana con sus divagaciones y entre en el comedor.
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Mensaje por Renesmee Cullen Mar Abr 26, 2011 7:41 pm

sigueeee!!!!!!!! gracias x subir 2 capitulos Razz
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Mensaje por Edward Cullen. Miér Abr 27, 2011 8:35 pm

Capítulo 8:la comida
La mañana amaneció más fría que de costumbre. Una espesa niebla se cernía sobre Forks. Yo había estado apostado cerca de su casa y cuando vi como Charlie arrancaba el coche de policía y se iba me acerque yo con el mío. Seguramente no me vería hasta que no estuviese cerca de su vieja furgoneta pero yo a ella sí. Encendí la calefacción. Vestía con un suéter de cuello alto por la falta de cazadora. Al acercarse un poco más oí como su corazón latía despacio, vacilo y después reanudo su ritmo a toda velocidad. Me acababa de ver. Salí del coche a toda velocidad pues no había riesgo de que me vieran por la niebla y le abrí la puerta del copiloto.
-¿quieres dar una vuelta conmigo hoy?- no sabía si había cambiado de opinión y no quería que me acercara a ella. Por eso le daba la opción de elegir. Para mí era muy duro tener que aceptar que un día tendría miedo y no querría estar a mi lado pero lo respetaría aunque entre las sombras velaría por ella siempre.
-sí, gracias- y se metió en el coche. No me lo podía creer. Aun quería estar ahí conmigo jugándose la vida. Cerré la puerta y me metí en el coche. La verdad es que hasta que ella no dio un pequeño salto en el asiento no me di cuenta de que le asuste pues me moví a velocidad inhumana.
-he traído la cazadora para ti. No quiero que vayas a enfermar ni nada por el estilo.
- no soy tan delicada- se puso la cazadora sobre las piernas y metió los brazos por las mangas. ¡Había vuelto a oler mi cazadora! Parecía que le gustaba tanto como me gustaba a mí su olor
-¿ah, no?- dije en voz bajita para que no me oyera. Entonces arranque y nos pusimos rumbo al instituto. Hoy al contrario que la noche anterior estaba muy callada. Su mente para mí siempre sería un gran misterio aunque pensado de otra forma esto era lo normal. No todos oían los pensamientos como yo y se las tenían que apañar con las mismas armas que tenía que usar yo para entender a Bella-¿Qué? ¿No tienes veinte preguntas hoy? – le dije en tono burlón
-¿te molestan mis preguntas?
-no tanto como tus reacciones- hoy estaba de buen humor. Por fin Bella sabía la verdad y no elegía huir como todos.
-¿reaccione mal?
La reacción normal hubiese sido que nos hubieses delatado o que nos hubieses temido o incluso que te hubieses vuelto loca.
-no. Ese es el problema. Te tomaste todo demasiado bien, no es natural. Eso me hace pensar que piensas en realidad
-siempre te digo lo que pienso de verdad
- lo censuras- porque así eres tú. Prefieres tragarte todo antes que ver sufrir a otro
-no quieres oírlo
Nos quedamos en silencio. Era verdad que en el fondo oír todo lo que pensaba mi amada de mi me hubiese hecho mucho daño. Pero la vida es así. Y ella misma me lo había dicho una vez. La vida no es justa.
-¿Dónde están tus hermanos?
-han ido en el coche de Rosalie- no entrabamos todos en un coche y además Rose no iba a subir al mismo coche que Bella y Jasper mejor lejos de ella. Aparque en el parquing del instituto-ostentoso ¿verdad?
Bella se sorprendió al ver el descapotable rojo de Rosalie.
-eh… ¡caramba! Si ella tiene esto. ¿Por qué viene contigo?
-como te he dicho, es ostentoso. Intentamos no desentonar
-no tenéis éxito- se rio y empezó a sacudir la cabeza-entonces ¿porque ha conducido Rosalie hoy si es más ostentoso?
-¿no lo has notado? Ahora, estoy rompiendo todas las reglas- empezamos a andar. Quería cogerle la mano pero me daba miedo que no le agradase o pensara en que esto llegaría a su padre. Además no le gustaba el frio y yo soy como una nevera andante.
-¿Por qué todos vosotros tenéis coches como esos si queréis pasar desapercibidos?
-un lujo. A todos nos gusta la velocidad- somos rápidos por naturaleza e ir a un paso normal o conducir a ciento veinte nos aburre.
-me cuadra-musito
Jessica nos estaba esperando debajo de la cafetería. Tenía en la mano la chaqueta de Bella
-eh Jessica. Gracias por acordarte
-buenos días Jessica- “dios mío que pena que ahora este con ella. Lo que hubiese llamado la atención nuestro romance”
-eh…hola-Jessica empezó a pensar en cómo sonsacarle toda la información posible a Bella- supongo que te veo en Trigonometría
Bella suspiro. Parecía que sabía lo que su amiga le iba a preguntar y no tenía idea de por dónde salir.
-sí, allí nos vemos.
-¿Qué le vas a contar?- le murmure
-¡eh! ¡Creía que no podías leerme la mente!- me susurro
-no puedo- me sorprendí de haber acertado- pero puedo leer la mente de Jessica. Te va a tender una emboscada.
Bella se quitó lentamente mi cazadora. Me hubiese gustado que se la quedara todo el día para que su esencia durara más sobre ella pero se puso la suya y me la entrego.
-bueno, ¿Qué le vas a decir?
-una ayudita-suplico-¿Qué quiere saber?
Cuantas veces había escuchado ya esa frase en boca de otros. Pero yo era un caballero y no iba a rebelarle todos los pensamientos de Jessica. Le sonreí mientras negaba con la cabeza
-eso no es elegante
-no, lo que no es elegante es que no compartas lo que sabes
Bueno porque le contase lo más esencial no pasaba nada. Además tampoco tardaría mucho en encontrarse con ella y así podía ir discurriendo las respuestas. Nos detuvimos en la puerta de su primera clase
-quiere saber si nos estamos viendo a escondidas y también que sientes por mí- su corazón se aceleró y se puso nerviosa
-¡oh no! ¿Qué debo decirle?
-hummm. Supongo que, si no te importa, le puedes decir que si a lo primero…es más fácil que cualquier otra explicación
-no me importa
-en cuanto a la pregunta restante…bueno estaré a la escucha para conocer la respuesta.- sonreí y me marche- te veré en el almuerzo- le grite por encima del hombro. Me dirigí hacia mi clase de gimnasia.
Había llegado la hora de saber lo que pensaba en realidad Bella. En la clase de Lengua de ese día me puse en la última fila. Así si ponía alguna cara nadie me vería. Fue una clase muy interesante y cuando salí de clase para buscarla e ir a comer estaba algo irritado por uno de sus comentarios pero seguro que me lo podría explicar. Me apoye en la pared mientras salía.
Cuando salieron Jessica y ella las dos me miraron pero Bella le había debido de decir que no comerían juntas y se marchó. El camino a la cafetería se me hizo el más largo del mundo. No quería ser yo quien rompiera ese silencio. Pero en el mostrador de la comida Bella lo rompió
-¿Qué haces? ¿No te iras a llevarte todo eso para mí?
Negué con la cabeza y page. Yo tenía que seguir fingiendo ser humano
-la mitad es para mí- se sorprendió ante esta respuesta y enarco una ceja pero nos dirigimos a la mesa donde nos sentamos la última vez y nos sentamos uno frente a otro y le acerque la bandeja
-toma lo que quieras- eligió una manzana
-siento curiosidad ¿Qué harías si alguien te desafiara a comer?
Sacudí la cabeza ante tal idea. Coja lo primero que encontré en la bandeja y me lo lleve a la boca. Era lo peor que había encontrado en mi vida. Sabía fatal pero mastique rápido y trague. Se me quedo ese sabor en la boca. Entonces descubrí que era un trozo de pizza y se la pase a Bella
-si alguien te desafía a tragar tierra puedes ¿verdad?
-una vez lo hice…en una apuesta. No fue tan malo
Me reí ante tal apuesta. Desde luego era una caja de sorpresas.
-Supongo que no me sorprende- oí los pensamientos de Jessica y mire por encima del hombro de Bella para corroborar que nos miraba
-Jessica está analizando todo lo que hago. Luego, lo montara y desmontara para ti.- Bella se comió el trozo de pizza que había mordido. Era la hora de que me aclarara algunos de sus pensamientos.
-¿de modo que la camarera era guapa?
-¿de verdad no te diste cuenta?
-no. No prestaba atención. Tenía muchas cosas en la cabeza
-pobre chica
-algo de lo que le has dicho a Jessica…bueno,…me molesta.-yo la amaba con todo mi ser y ella no lo veía como tal.
-no me sorprende que oyeras algo que te disgustara. Ya sabes lo que se dice de los cotillas
-te previne que estaría a la escucha- le recordé
-y yo de que tu no querrías saber todo lo que pienso- me parecía que estábamos hablando de partes diferentes de la conversación
-lo hiciste, aunque no tienes razón exactamente. Quiero saber todo lo que piensas…todo. Solo desearía que no pensaras algunas cosas.
Frunció el ceño
-esa es una distinción importante
-peor en realidad, ese no es el tema ahora
-entonces ¿Cuál es?- me volvía a retar de nuevo. En ese momento nos inclinamos el uno hacia el otro sobre la mesa. Tenía la barbilla apoyada en mis manos
-¿de verdad crees que te interesas por mi más que yo por ti?-murmure. Bella dejo de respirar durante unos segundos. Me aparto la mirada
- lo has vuelto a hacer- murmuro. ¿A qué se refería?
-¿el qué?
-aturdirme-confeso
-ah- fruncí el ceño. No era mi intención aturdirla
-no es culpa tuya- suspiro- no lo puedes evitar
-¿vas a responderme a la pregunta?
-si- estaba impaciente por escuchar su respuesta
-¿si me vas a responder o si lo piensas de verdad?
-sí, lo pienso de verdad
Estaba completamente equivocada y un día se daría cuenta de todo lo que había echo por ella y a todo lo que había renunciado por ella
-te equivocas
-eso no lo puedes saber- discrepo en un cuchicheo y negó con la cabeza. No daba crédito a lo que le había dicho
-¿Qué te hace pensar eso?- pero solo me miro. Me estaba impacientando demasiado y Bella se debió de dar cuenta porque levanto un dedo y me dijo que la dejara pensar. Me estaba facilitando las cosas. Creo que se dio cuenta que llevaba muchos años sin tener que esperar para obtener una respuesta
-bueno dejando a un lado lo obvio, en algunas ocasiones…no estoy segura, tú no puedo leer mentes, pero algunas veces parece que intentas despedirte cuando estás diciendo otra cosa.
-muy perceptiva- susurre- aunque por eso es por lo que te equivocas… ¿A qué te refieres con lo obvio?
-bueno mírame. Soy absolutamente normal, bueno, salvo por todas las situaciones en que la muerte me ha pasado rozando y por ser una inútil de puro torpe. Pero mírate a ti- me señalo con la palma de arriba abajo
-nadie se ve a sí mismo con claridad, ya sabes. Voy a admitir que has dado en el clavo con lo de los defectos- me reí entre dientes- pero no has oído lo que pensaban todos los chicos de esta escuela el día de tu llegada.
-no me lo creo…-murmuro y parpadeo atónita
-confía en mi por esta vez, eres lo opuesto a lo normal.- se puso roja de vergüenza
-pero yo no estoy diciendo adiós- puntualizo
-¿no lo ves? Eso demuestra que tengo razón. Soy quien más se preocupa, porque si he de hacerlo, si dejarlo es lo correcto, sufriré para evitar que resultes herida, para mantenerte a salvo
-¿acaso piensas que yo no haría lo mismo?
-nunca vas a tener que efectuar la elección- no le daría opción. Yo sería quien la protegiese a ella y no al revés.- por supuesto mantenerte a salvo se empieza a parecer a un trabajo a tiempo completo que requiere de mi constante presencia.
-nadie me ha intentado matar hoy- pero sus pensamientos no estaban en esa frase. Me temía que hiciese alguna locura si yo le dejaba.
- aun- le replique
-aun
-tengo otra pregunta para ti- ¿querría venir al prado conmigo?
-dispara
-¿tienes que ir a Seattle este sábado de verdad o es solo una excusa para no tener que dar una negativa a tus admiradores?
-todavía no te he perdonado por el asunto de Tyler, ya sabes- me dijo en tono de mofa- es culpa tuya que se haya engañado hasta creer que le voy a acompañar al baile de gala.
-oh, hubiera encontrado la ocasión para pedírtelo sin mi ayuda. En realidad, solo quería ver tu cara- recordé la cara de frustración que puso cuando Tyler le abordo.- si te lo hubiera pedido, ¿me hubieras rechazado?
-probablemente, no- admitió. Eso significaba que ella también llevaba un tiempo enamorada de mí.-pero lo hubiera cancelado después, alegando una enfermedad o un tobillo torcido.
-¿Por qué?- le pregunte extrañado
-supongo que nunca me has visto en gimnasia, pero creía que tú lo entenderías
-¿te refieres al hecho de que eres incapaz de caminar por una superficie plana y estable sin encontrarte algo con lo que tropezar?
-obviamente
-eso no sería un problema. Todo depende de quién te lleve a bailar- ella no sabía que la vida eterna te enseñaba muchas cosas y yo sabía bailar muy bien- pero aun no has contestado… ¿estas decidida a ir a Seattle o te importaría que fuéramos a un lugar diferente?
-estoy abierta a sugerencias-su cara se acababa de iluminar con mi proposición- pero he de pedirte un favor
-¿Cuál?
-¿puedo conducir?- eso no era una buena idea. Sabía que conducía bien pero aun así con la mala suerte que tenía seguro que terminábamos mal parados.
-¿Por qué?
-bueno, sobre todo porque le dije a Charlie que me iba a Seattle, me pregunto concretamente si viajaba sola, como así era en ese momento. Probablemente, no le mentiría si me volviera a preguntar, pero dudo que lo haga de nuevo, y dejar el coche enfrente de la casa solo sacaría el tema a colación de forma innecesaria. Y además, porque tu manera de conducir me asusta.
Se iba a pasar todo el día con un vampiro y solo le asustaba que nos chocáramos con el coche. Increíble.
-de todas las cosas por las que te tendrías que asustar, a ti solo te preocupa mi conducción ¿no le quieres decir a tu padre que vas a pasar el día conmigo?- no querría que Charlie se enterara de que le gustaba o era una la razón
-con Charlie, menos es siempre más. De todos modos ¿Dónde vamos a ir?
-va a hacer buen tiempo, por lo que estaré fuera de la atención pública y podrás estar conmigo si así lo quieres- no quería forzarla a nada. Si prefería ir a Seattle yo no se lo impediría pero le advertiría.
-¿y me enseñaras a que te refieres con lo del sol?
-si- aunque eso signifique perderte del todo. Porque ¿Qué opinaría ante el cuerpo de un asesino?- pero si no quieres estar a solas conmigo, seguiría prefiriendo que no fueras sola a Seattle. Me estremezco al pensar con que problemas te podrías encontrar en una ciudad de ese tamaño.
-solo en población, Phoenix es tres veces mayor que Seattle. En tamaño físico…-estaba ofendida
-pero al parecer- trate de explicarme mejor- en Phoenix no te había llegado la hora, por lo que preferiría que permanecieras cerca de mi
-no me importa estar a solas contigo cuando suceda
-lo sé- pero a mi si me importaba estar completamente a solas con ella. No fuese a cometer un error.- pero se lo deberías contar a Charlie.
-¿Por qué diablos iba a hacer eso?
-para darme algún pequeño incentivo para que te traiga de vuelta- tenía que ser duro en ese aspecto. Tenía que entender que se jugaba la vida cada vez que se subía a mi coche o estábamos completamente solos. Se asustó con mi comentario
-creo que me arriesgare- confiaba más en mí que yo mismo-hablemos de cualquier otra cosa-
-¿de qué quieres hablar?-estaba enojado y desvié la mirada para que ella no lo notara. Ella en cambio miro a nuestro alrededor.
-¿Por qué te fuiste a ese lugar, Goat Rocks, el último fin de semana? ¿Para cazar? Charlie me dijo que no era un buen lugar para ir de acampada a causa de los osos
Le mire de forma evidente. Ya le había explicado en qué consistía nuestra dieta alimenticia.
-¿osos?- dijo entrecortadamente. Esboce una sonrisa pero ella continuaba pensando- ya sabes, no estamos en temporada de osos
-si lees con cuidado, veras que las leyes recogen solo la caza con armas
-¿osos?- me repitió. Estaba intentado asimilarlo todo
- el favorito de Emmett es el oso pardo- le comente pero estaba más centrado en encontrar ese punto en la línea invisible entre la cordura y la locura en que ella estaba y de la cual terminaría saliendo para alejarse de mi
-¡hummm!- fue todo lo que se le ocurrió. Agacho la cabeza y empezó a comer lentamente otra porción de pizza. Intente encontrarme con esos ojos marrones que me daban toda la información que yo necesitaba para saber sus pensamientos. O parte de ellos. ¿Que estaría pensando ahora? ¿Sería ya el momento en el que me decía que no podía ir conmigo el sábado?
-bueno- dijo después de un rato y levanto la cabeza para que nuestros ojos se encontraran-¿Cuál es el tuyo?
No daba crédito a sus palabras. ¿Cómo era posible que una no se hubiese asustado de mi condición?
-el puma
-ah
-por supuesto debemos tener cuidado de no causar un impacto medioambiental desfavorable con la caza imprudente. Intentamos concentrarnos en zonas con superpoblación de depredadores… y nos alejamos tanto como sea necesario. Aquí siempre hay ciervos y alces- aunque era muy aburrido de cazarlos porque era muy lentos y no luchaban por seguir con vida- nos servirían pero ¿Qué diversión puede haber en eso?
-claro, que diversión- murmuro
-el comienzo de la primavera- se lo explicaría mejor para que lo viese desde otro ángulo- es la estación favorita de Emmett para cazar al oso- sonreí al recordar cómo le quedo la ropa el pasado domingo-acaban de salir de la hibernación y se muestran mucho más irritables
-no hay nada más divertido que un oso pardo irritado- admitió como si lo entendiera
-dime lo que realmente estás pensando, por favor- no podía estar pensando en que era divertido o que no éramos unos monstruos
-me lo intento imaginar, pero no puedo ¿Cómo cazáis un oso sin armas?
-oh, las tenemos- exhibí mis dientes con una sonrisa para que lo entendiera pero su cara me demostró que fue una mala idea y que estaba asustada- solo que no de la clase que se contempló al registrar las leyes de caza. Si has visto atacar a un oso en la televisión, tendrías que poder visualizar como caza Emmett
Un escalofrió recorrió su cuerpo y se estremeció. Miro en dirección a la mesa de mis hermanos y le seguí la mirada. Comprendí que nunca había visto a Emmett desde el punto que lo estaba viendo ahora. Solté una risa.
-¿tú también te pareces a un oso?- me pregunto con un hilo de voz
-más al puma, o eso me han dicho. Tal vez nuestras preferencias sean significativas
-tal vez ¿es algo que podría llegar a ver?
-¡absolutamente no!- lo dije con tal fiereza que Bella se asustó y se echó para atrás. No podía dejarle ver como cazábamos por que nos entregábamos a la caza y tenerla cerca en esos momentos significaría su muerte
-¿demasiado aterrador para mí?
-si fuera eso, te sacaría fuera esta noche. Necesitas una saludable dosis de miedo. Nada te podría sentar mejor- así reaccionarias como un ser humano y me dejarías apartado en un mal sueño de tu vida.
-entonces ¿Por qué?
-más tarde- me incorpore ágilmente- vamos a llegar con retraso
Miro a su alrededor. Al parecer no se había dado cuenta que nos estábamos quedando solos. Se incorporó de un salto y recogió la mochila que tenía colgada en la silla.
-en tal caso más tarde- admitió
No se iba a olvidar.
Cuando entramos en clase todos nos miraban pero gracias a dios el señor Banner entro de espaldas con el video y nos sentamos en nuestros sitios. Estábamos muy juntos el uno del otro pero de repente se hizo la oscuridad y note como el cuerpo de Bella emitía su calor al lado del mío. Ella no podría verme pero yo si la podría contemplar durante toda la hora. Entonces me di cuenta de lo fácil que sería lanzarme a su cuello sin que nadie me viese y tomar toda su vida. Mi mente estaba exhausta de luchar todo el día contra la niebla. Cruce los brazos sobre mi pecho haciendo fuerza en mis costillas para controlar la sensación. Bella había hecho un amago de tocarme pero también adquirió la misma postura que la mía.
Cuando empezaron los créditos me dirigió una sonrisa y se la devolví pero empezó a latirle más rápido el corazón y a hiperventilar. Vi como luchaba contra sus emociones hasta que las calmo. La hora se me hizo eterna. Tenerla tan cerca y sentir lo que sentía con su sangre… hablaría con Alice para que me ayudara a pasar el sábado sin altercados. Necesitaría alimentarme para aguantar un día entero a su lado sin hacerle daño. Los dos exhalamos un suspiro cuando por fin al finalizar la clase el señor Banner encendió las luces.
-vaya, ha sido interesante- como si me hubiese fijado en lo que nos acababan de poner.
-humm
-¿nos vamos?- necesitaba poner algo de distancia entre los dos. Caminamos hasta el gimnasio en silencio. Pero no nos despedimos. En el fondo de mi ser una persona que en otros años había sido humana deseaba extender la mano y tocar la perfecta superficie del rostro de Bella pero mi cabeza luchaba por apoyar que eso era una mala idea. Yo solo debía protegerla, no alentarla más a que se enamorara más perdidamente de lo que ya estaba. Me gire y me marche hacia clase. Estaría toda la hora vigilándola para que no le pasara nada. Me senté como la vez anterior en la última fila.
Mike formo pareja con ella. Pero a los pocos minutos de empezar a hacer el ejercicio se las apaño para golpear a Mike en el hombro y a ella misma en la cabeza. El resto de la hora se la pasó sentada en un rincón mientras el resto echaban partidillos. En cuanto el timbre sonó me dirigí a buscarla de nuevo. Anhelaba su calor. Ya en la puerta oí como Mike le preguntaba sobre nosotros y ella le mandaba a meterse en sus asuntos. Se cambió rápido de ropa y fue de las primeras en salir
-hola- musito con una gran sonrisa en la cara
-hola. ¿Cómo te ha ido gimnasia?- quería que fuese ella la que me lo contara
-bien- me mintió. ¿Sería esa la primera vez que lo hacía?
-¿de verdad?- mire por encima de su hombro a Mike. “ya está otra vez aquí ¿pero no podrá dejarla en paz? ¡Cómo le haga daño se las tendrá que ver conmigo!"
-¿Qué pasa?- quiso saber Bella
-Newton me saca de mis casillas
-¿no abras estado escuchando otra vez?- parecía avergonzada
-¿Cómo va la cabeza?- le pregunte con total inocencia
-¡eres increíble!- se enfadó y se alejó caminando firme hacia el aparcamiento. Me sonreí ante otro de sus arrebatos infantiles y le di alcance con total facilidad
-fuiste tú quien mencionaste que nunca te había visto en clase de gimnasia- pero no me perdonaría tan fácilmente y yo no se lo iba a pedir. No me arrepentía de haber visto como le hacía daño a Mike. Pero tuve que luchar por abrirme paso entre la gente que se agolpaba alrededor del coche de mi hermana. Nos metimos en el coche
-ostentoso- musito- ¿Qué tipo de coche es?
-un M3
-no hablo jerga de car and driver
-un BMW- Salí intentado no atropellar a nadie en mi intento-¿sigues enfadada?
-muchísimo
Suspire.
-¿me perdonaras si te pido disculpas?- no quería hacerlo pero si era la única forma le diría una pequeña mentira
-puede…si te disculpas de corazón-asintió- y prometes no hacerlo otra vez
Eso no podía hacerlo. Seguiría espiándola hasta que la muerte se la llevara de forma natural dentro de muchos años. Y después viniese a por mí.
-¿Qué te parece si me disculpo sinceramente y accedo a dejarte conducir el sábado?- le propuse. Siempre podría protegerla con mi cuerpo en caso de accidente
-hecho- me dijo después de unos segundos de meditación
-entonces, lamento haberte molestado- su ritmo cardiaco aumento- a primera hora del sábado estaré en el umbral de tu puerta.
-hummm…que, sin explicación alguna, un volvo se quede en la carretera no me ha va a ser de mucha ayuda con Charlie
-no tengo intención de llevar el coche- le dije con una sonrisa
-¿Cómo…?
-no te preocupes- le corte. Así también podría demostrarle porque todos opinaban que me parecía más a un puma- estaré ahí sin coche
-¿ya es mas tarde?- me recordó. Fruncí el ceño
-supongo que si- había llegado otro momento que yo no quería. Pero se lo explicaría de la manera más sutil para que lo entendiera
Aparque el coche detrás del de Bella y ella miro atónita su coche. No se había dado cuenta de que ya habíamos llegado hasta que pare el motor.
-aun quieres saber por qué no puedes verme cazar ¿verdad?
-bueno sobre todo me preguntaba el motivo de tu reacción
-¿te asuste?-quería que ella me lo afirmara
-no- me mintió, pero no lo deje pasar
-lamento haberte asustado. Fue solo la simple idea de que estuvieras allí mientras cazábamos.
-¿estaría mal?
-en grado sumo- apreté los dientes al recordar lo que le podía pasar
-¿por…?- respire hondo calándome de su esencia. Mire a traves de los cristales para que no viese la lucha interna en la que me debatía.
-nos entregamos por completo a nuestros sentidos cuando cazamos, nos regimos menos por nuestras mentes. Domina sobre todo el olfato. Si estuvieras en cualquier lugar cercano cuando pierdo el control de esa manera…
Se quedó en silencio pero su corazón latía un ritmo normal y su respiración no vario. Desvié mi mirada hacia ella y nuestros ojos se encontraron. Estaba tranquila, nada le perturbaba. Mi cuerpo quería abrazarla y darle el primer beso de amor de toda mi existencia ¿sería también el suyo? Bella momentáneamente dejo de respirar y se mareo. Rompió a respirar agitadamente y cerró los ojos.
-Bella, creo que ahora deberías entrar en casa- desvié mi mirada hacia las nubes. No quería dejarla marchar pero si ese era el efecto que le producía sería mejor que se marchara a tranquilizarse un poco en casa yo ya me pasaría luego a seguir observándola.
Abrió la puerta y salió despacio. Temí que siguiera mareada. Pero ella se dirigía hacia casa sin mirarme. Baje la ventanilla para ver cómo se encontraba.
-¿Bella?- se giró para mirarme y vi que ya se había recuperado del mareo.
-¿sí?
-mañana me toca a mí- afirme
-¿el que te toca?- esboce una sonrisa
-hacer las preguntas- y antes de que pudiese contestarme arranque y me marche a toda velocidad a dejar el coche en casa y hablar con Alice. Cuando llegue Jasper y Emmett estaban echando un pulso en la parte trasera de la casa sobre una roca. Me quede contemplando aquella visión aunque yo sabía quién iba a ganar hasta que una voz femenina me saco de mis pensamientos
-saldremos después de comer- era Alice
-gracias. No sabía si me ayudarías a facilitarme el día del sábado…
-Edward te voy a ayudar en todo lo que me sea posible. Por cierto las llaves las encontraras en el bolsillo del pantalón que está encima de la silla
-¿Qué llaves?
-ya lo descubrirás- y con una sonrisa se marchó con su paso de bailarina. Siempre me hacía lo mismo. Ahora estaría días pensando a que llaves se refería. Pero esa noche no. Me marche hacia casa de Bella a ver como dormía.
Su noche fue agitada. No paro de repetir mi nombre y dar vueltas en la cama y hasta tuve que esconderme unas cuantas veces porque se despertó. ¿Qué es lo que turbaba sus sueños? ¿Sería yo? Pero bien entrada la noche se durmió en un sueño agotador y sin pesadillas.
Edward Cullen.
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fanfic sobre la historia real  - Página 2 Empty Re: fanfic sobre la historia real

Mensaje por Edward Cullen. Jue Abr 28, 2011 12:28 pm

Capítulo 9: mis dudas
Cuando regrese a casa todos se habían enterado ya de las intenciones de Alice y mías de salir a cazar el jueves.
-nos estas poniendo en peligro a todos Edward- Rose seguía con la misma canción- si por un casual te equivocas…
-no me voy a equivocar. Aun no te has dado cuenta de que la amo. No haría nada que le pusiera en peligro
Pero Rosalie no me escuchaba. Enfadado me di la vuelta para cambiarme de ropa e ir a buscar a Bella. Hoy a Charlie le estaba costando irse a trabajar y yo estaba a 100 metros de la casa para que al salir no me viese. Una vez que se fue me hacer que con el coche. Bella esa mañana estaba radiante. Volvía a llevar un jersey de cuello vuelto debajo de su cazadora y unos jeans. Cerró la puerta de su casa y escondió la llave. Memorice ese gesto. Y con una rapidez inusual en ella se acercó a mi coche. Ella también tenía preguntas para mí pero ya se las resolvería otro día, hoy me tocaba a mí que me resolviera las suyas.
-buenos días. ¿Cómo estas hoy?- examine su cara. Si no hubiese sido por que estuve viendo sus sueños juraría que había dormido como un bebe. Se subió al coche lentamente y arranque
-bien, gracias.
-pareces cansada
-no pude dormir- se movió el pelo del hombro
-yo tampoco- le bromee.
-eso es cierto. Supongo que he dormido un poquito más que tu-se rio
-apostaría a que si
-¿Qué hiciste la noche pasada?-quiso saber
-no te escapes- me sonreí- hoy me toca hacer las preguntas a mí.
-ah, es cierto ¿Qué quieres saber?- no parecía que tuviese algo interesante en su vida para ella pero para mí era todo un gran misterio
-¿Cuál es tu color favorito?- puso los ojos en blanco
-depende del día
-¿Cuál es tu color favorito hoy?
-el marrón, probablemente
¿Probablemente? ¿No tenía claro lo que le gustaba?
-¿el marrón?
-seguro, el marrón significa calor. Echo de menos el marrón. Aquí-puntualizo señalándome los alrededores- una sustancia verde, blanda y mullida cubre todo lo que se suponía que debía ser marrón, los troncos de los árboles, las rocas, la tierra.
Tenía razón. Casi todo cuanto nos rodeaba estaba cubierto de una capa de verde. Es lo que tiene un clima tan lluvioso. Pero nunca me había dado cuenta de ello.
-tienes razón. El marrón significa calor
Dudando de mis acciones le retire el cabello del hombro. No quería que se interpusiera entre sus ojos y yo. Aparque despacio en la plaza del aparcamiento
-¿Qué cede has puesto en tu equipo de música?- yo ya lo sabía. Cuando me lo confirmo esboce una sonrisa y saque la cajetilla de la guantera del coche
-¿de Debussy a esto?- cogió el cd sorprendida.
El resto del día fue similar. Le pregunte cada detalle de su vida. Sus aficiones, sus libros favoritos, las películas que había visto, los lugares que había visitado y que quería visitar. Quería saberlo todo acerca de ella. Cuando le pregunte cuál era su gema predilecta me contesto que el topacio porque ese era el color de mis ojos hoy.
En clase de Biología aun nos quedaba otra hora de video y cuando se apagaron las luces los dos adoptamos la misma postura que el día anterior. Cuando salimos de esa clase la seguí bombardeando a preguntas hasta que nos separamos en gimnasia. Hasta ahora habían sido preguntas sobre gustos pero después en el coche empezaría con las que cernían a sus sentimientos. Estuvimos un buen rato hablando sobre Phoenix hasta que termino su relato de cómo tenía la habitación allí. Estábamos apostados en la puerta de su casa dentro del vehículo
-¿has terminado?- pregunto con alivio
-ni por asomo, pero tu padre estará pronto en casa
-¡Charlie!- no se acordaba de que llegaría en breves. Escruto el cielo-¿es muy tarde?
-es la hora del crepúsculo- dije mirando al horizonte. Estuve un buen rato mirando y Bella no formulo ninguna pregunta. Cuando volví la vista hacia ella- es la hora más segura para nosotros. El momento más fácil, pero también el más triste, en cierto modo…el fin de otro día. El regreso de la noche-sonreí- la oscuridad es bastante predecible ¿no crees?
-me gusta la noche. Jamás veríamos las estrellas sin la oscuridad. No es que aquí se vean mucho- me reí ante ese comentario
-Charlie estará aquí en cuestión de minutos, por lo que al menos que quieras decirle que vas a pasar el sábado conmigo…- ojala lo hiciera. Eso sería un gran motivo para traerla de vuelta a casa
-gracias, pero no-recogió sus libros- entonces ¿mañana me toca a mí?
-¡desde luego que no! No te he dicho que haya terminado ¿verdad?
-¿Qué más queda?-protesto
-lo averiguaras mañana- extendí la mano para abrir su puerta. Su corazón se disparó por la cercanía de nuestros cuerpos pero no fue eso lo que me alerto- mal asunto- murmure
-¿Qué ocurre?- las voces se estaban acercando. Malditos perros. Siempre donde no deben.
-otra complicación- si nos veían juntos empezarían a especular y eso no sería nada bueno.-Charlie ha doblado la esquina
Bella se bajó de un salto del coche. Pero ya habían aparcado cerca de mí. Salí de la entrada de Bella y los mire desafiándoles a que me dieran una sola excusa para matarlos. Pero yo no podía. Bella estaba ahí y podría resultar herida. Acelere el motor y desaparecí en cuestión de minutos aunque aparque cerca para regresar corriendo para ver que ocurría.
Me encarame a un árbol cercano a casa de Bella. La peste a perro aún seguía presente en el ambiente, pero al parecer Billy Black y su hijo Jacob no le habían dicho nada a Charlie sobre mi presencia. ¿Sabría el pequeño Black lo que yo soy o solo negaba sus antiguas leyendas sobre los fríos? Lo que tenía claro era que Billy sí que lo sabía
Billy y Charlie se pusieron a ver en la tele un partido mientras Bella y Jacob estaban en la cocina hablando mientras Bella preparaba la cena. Entonces Jacob le pregunto por qué no iba al volante de su coche esa tarde. Podía oírle pensar muy alto. Le gustaba muchísimo Bella y quería que ella también sintiese lo mismo. Pero Bella se estaba enterando de si Billy le contaría a Charlie lo que había visto. Jacob estaba seguro que no lo haría. Me quede más tranquilo al saberlo y decidí que Bella no estaría en peligro con ellos. Billy estaba en silla de ruedas y no se podría transformar aunque quisiera y Jacob aun no había alcanzado la edad de hacerlo. Regrese a mi coche y me fui. Tenía que ultimar algunos detalles con Alice antes de volver a ver a Bella dormir.
Termine bastante pronto de planear el día siguiente y me encamine hacia casa de Bella. Como sabía que era pronto no fui corriendo como hacia a diario. Me centre en observar la vegetación que nos rodeaba. Bella tenía toda la razón al quejarse de que no había marrón en ningún sitio. Hasta los troncos de los arboles tenían una espesa capa de mismo encima. Cuando llegue Bella dormía plácidamente. Hoy al contrario que el día anterior no tenía pesadillas. La estuve observando hasta que el alba me obligo a marcharme a por el coche y a cambiarme.
Charlie se estaba demorando más de lo habitual en salir a trabajar esta mañana pero cuando por fin se fue me acerque con el coche ansioso por volver a ver a Bella y no me hizo esperar mucho. Salió inusualmente rápido y se subió al coche le dedique una sonrisa y arranque.
-¿Cómo has dormido hoy?- me gustaba ser cortes con todos para que tuviesen la oportunidad de contarme sus pensamientos aunque yo los oyera
-bien. ¿Qué tal tu noche?
-placentera- sonreí al recordarla tan tranquila la noche anterior
-¿puedo preguntarte que hiciste?
-no- se quería volver a escapar- el día de hoy sigue siendo mío.
Le estuve toda la mañana preguntando sobre Renee, sus aficiones, que hacían juntas en el tiempo libre y sobre sus abuelos. Cuando aborde el tema de los novios se puso colorada y me dijo que jamás había conocido a nadie en Phoenix que le gustara. ¿Eso significaba era el primero que le gustaba? En la cafetería empezamos otro tema diferente
-hoy debería de haberte dejado que condujeras
-¿Por qué?
-me voy a ir con Alice después de la comida
-vaya- estaba confuso y parpadeo unas cuantas veces- está bien, no está demasiado lejos para dar un paseo
-no te voy a hacer ir a casa andando. Tomaremos tu coche y lo dejaremos aquí para ti- no me podía arriesgar a que de camino a casa le atropellaran en la carretera
-no llevo la llave encima-musito. Entonces caí en el comentario de mi hermana. Claro a esa llave se refería- no me importa caminar, de verdad
Negué con la cabeza
-tu monovolumen estará aquí y la llave estará en el contacto. A menos que temas que alguien te lo pueda robar- sonreí porque Bella debía de suponer que jamás encontraría la llave.
-de acuerdo- acepto con los labios apretados- ¿A dónde vais?
-de caza. Si voy a estar a solas contigo mañana, voy a tomar todas las precauciones posibles. Siempre puedes cancelarlo ya sabes- bajo la cabeza ocultándome sus sentimientos ¿acaso estaría atemorizada?
-no. No puedo
-tal vez tengas razón- parece ser que estábamos destinados a que pasara lo que pasara
-¿a qué hora te veré mañana?
-eso depende…es sábado ¿no quieres dormir hasta tarde?
-no- ella estaba tan impaciente como yo por estar a solas
-entonces a la misma hora de siempre. ¿Estará Charlie allí?
-no, mañana se va de pesca- sonrió como si fuese una broma privada
-¿y que pensara si no vuelves?- ese era el punto que más me preocupaba. Nadie sabría que estábamos a solas
-no tengo ni idea. Sabe que tengo intención de hacer la colada. Tal vez crea que me he caído en la lavadora
Ese comentario me preocupo. Nunca se me ocurrió que se pudiera caer en la lavadora. Pero esas son las experiencias humanas. Yo no podía estar protegiéndola absolutamente de todo. Nos miramos con el ceño fruncido
-¿Qué vais a cazar esta noche?
-cualquier cosa que encontremos en el parque- hablaba con total naturalidad de mi alimentación. Como si fuera lo normal- no vamos a ir lejos
-¿Por qué vas con Alice?
-Alice es la más…compasiva- fruncí el ceño
-¿y los otros? ¿Cómo se lo toman?
-la mayoría con incredulidad- aun no entendían como me había enamorado de una humana y encima que pudiese soportar su aroma sin lanzarme a por él. Bella miro a mi familia
- no les gusto
-no es eso. No comprenden por qué no te puedo dejar sola
- yo tampoco, si vamos al caso- sonrió de oreja a oreja
-te lo dije, no te ves a ti misma con ninguna claridad. No te pareces a nadie que haya conocido. Me fascinas- me miro con furia en sus ojos y le sonreí- al tener las ventajas que tengo, disfruto de una superior comprensión de la naturaleza humana. Las personas son predecibles, pero tú nunca haces lo que espero. Siempre me pillas desprevenido.
Desvió la mirada. Estaba avergonzada y decepcionada. Miro a mi familia como si los estuviese estudiando uno por uno
-esa parte resulta bastante fácil de explicar, pero hay más, y no es tan sencillo expresarlo con palabras…- pero de repente se quedó deslumbrada con alguno de mi familia. Escuche los pensamientos y no me sorprendió que fuera Rosalie. Bufe por lo bajo para que solo lo oyera ella.
-lo lamento. Ella solo está preocupada. Ya ves…después de haber pasado tanto tiempo en público contigo no es solo peligroso para mí si…- no pude continuar la frase
-¿si…?
-si las cosas van mal
Deje caer la cabeza en las manos. Si mañana me confundía seria su final y el comienzo de una guerra con mi familia y los Quileutes. Eso no podía suceder. Nos gustaba Forks y no podía permitir que solo fuese un sitio más al que no volver.
-¿tienes que irte ahora?
-si- alce la cabeza. Estaba empezando a sentir la ansiedad por separarme de ella pero le sonreí para que no lo notara.-probablemente sea lo mejor. En Biología aún nos quedan por soportar quince minutos de esa espantosa película. No creo que lo aguante más
Alice apareció detrás de mí y Bella se asustó. No la había oído llegar, pero la tenía que haber visto acercarse. ¿Acaso estaba demasiado pendiente de mi como para darse cuenta de lo que sucedía a nuestro alrededor? Si desviar la mirada de Bella salude a mi hermana
-Alice
-Edward- “por favor formaliza esto y preséntanos”
-Alice, te presento a Bella…Bella esta es Alice- le negué con la cabeza a mi hermana al oír que iba a abrazar a Bella.
-hola Alice-musito con timidez
-¿estás preparado?
-casi- aun tenía que cercionarme que ella estaría bien. Alice se alejó con su grácil paso
-debería decirte que te diviertas ¿o es el sentimiento equivocado?
-no que te diviertas es tan bueno como cualquier otro- me estaba tratando como un humano que se va a las ferias. No me temía. Esboce una amplia sonrisa
- en tal caso, que te diviertas-intento sonar sincera pero no lo era
-lo intentare. Y tú intenta mantenerte a salvo, por favor
-a salvo en Forks… ¡menudo reto!- se mofo
-para ti lo es. Prométemelo
-prometo que intentare mantenerme ilesa. Esta noche voy hare la colada…una tarea que no debería entrañar demasiado peligro
- no te caigas dentro de la lavadora- me mofe
-hare lo que pueda-nos pusimos de pie. Parecía triste por algo- te veré mañana
-te parece mucho tiempo ¿verdad?- ella también me iba a añorar. Asintió con la cabeza- por la mañana, allí estaré
Estire la mano y por primera vez le acaricie levemente los pómulos. Me marche para resistir la tentación de seguir así todo el día. Alice ya estaba preparada para irnos. Nos subimos en el coche y fuimos a casa de Bella. No me resulto difícil encontrar las llaves del vehículo. Volvimos al instituto y nos fuimos parque a cazar.
No disfrute de la caza. Me alimente mucho y muy rápido. Alice me miraba como iba matando una por una a mis presas. Estaba tan lleno que no pensé poder moverme de aquel sitio pero tenía que estar completamente saciado. Mañana estaría con Bella a solas y nadie sabía que estaríamos allí. Era un gran riesgo pero ella parecía estar segura que yo no le haría nada. Cosa que yo no entendía del todo.
Bien entrada la noche decidimos que ya era hora de volver a casa pero a mitad de camino decidí que Alice se llevara mi coche y yo ir a ver a Bella por si se había caído realmente en la lavadora. Alice rio ante mi ocurrencia pero reconoció que al principio también le era muy difícil separase de Jasper. Cuando llegue Bella dormía plácidamente pero tenía puesto un CD de relajación. ¿Le habría costado dormirse? ¿Estaría nerviosa por lo del día siguiente? Esta vez el alba me hecho antes de lo previsto de su habitación. Tenía que cambiarme y volver a recogerla.
Edward Cullen.
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Mensaje por Edward Cullen. Jue Abr 28, 2011 5:07 pm

Capítulo 10: el prado
Cuando llegue a casa de Bella intente oír lo que pasaba dentro pero solo oír a Bella correteando por la casa así que me dispuse a llamar a la puerta con los nudillos. Bella correteo desde el piso de arriba y abrió la puerta. Me rei al verla.
-buenos días- le dije
-¿Qué ocurre?- se miró de arriba abajo sorprendida
-vamos a juego- llevábamos el mismo color de suéter aunque el suyo era de cuello vuelto y el mío de pico y el mismo color de vaqueros. Me volví a reír y Bella lo hizo esta vez conmigo.
Salimos de la casa y mientras Bella cerraba la puerta de casa me puse al lado de la puerta del copiloto resignado. Me gustaría que cambiase de opinión y me dejara conducir pero algo me decía que no lo haría
-hicimos un trato- me dijo mientras se subía al asiento y me habría la puerta. Yo también me subí- ¿A dónde?
-ponte el cinturón…ya estoy nervioso- me dirigió una mirada enfadada pero se lo puso
-¿adonde?
-toma la 101 hacia el norte.
Arranco y me quede mirándola. Era mucho más sencillo fijarse en los detalles de su cara desde esa posición. Iba realmente a gusto en este sitio. Aunque le faltaba velocidad al vehículo
-¿tienes intención de salir de Forks antes del anochecer?
-un poco de respeto, este trasto tiene suficientes años para ser el abuelo de tu coche.-pero pronto salimos del pueblo y le indique la desviación y hasta donde tenía que avanzar
-¿Qué hay allí, donde se acaba el asfalto?
-una senda
-¿vamos de caminata?- estaba preocupada
-¿supone algún problema?- quizás querría volver a casa y dejarlo
-no-intento mentirme
-no te preocupes, solo son unos ocho kilómetros y no iremos deprisa
Sus ojos se agrandaron. Estaba sorprendida. No hablamos en un buen trozo del camino. ¿Estaría preocupada por algo?
-¿en qué piensas?
-solo me preguntaba adónde nos dirigíamos
-es un lugar al que me gusta mucho ir cuando hace buen tiempo- había pasado allí todos los días que no podía ir al instituto. Ambos miramos por las ventanillas como las nubes se diluían lentamente en el cielo
-Charlie dijo que hoy haría buen tiempo
-¿le dijiste lo que te proponías?- a lo mejor se lo había comentado
-no
-pero Jessica sabe que vamos a Seattle juntos… ¿no?
-no, le dije que había cancelado el viaje…cosa que es cierta
-¿nadie sabe que estás conmigo?- le dije muy enfadado
-eso depende… ¿he de suponer que se lo has contado a Alice?
-eso es de mucha ayuda- que otro vampiro lo supiese no me tranquilizaba lo más mínimo-¿te deprime tanto Forks que estas preparando tu suicidio?
-dijiste que un exceso de publicidad sobre nosotros podía ocasionarte problemas
-¿y a ti te preocupan mis posibles problemas?- otra vez se volvía a dejar de menos-¿y si no regresas?
Negó con la cabeza y murmure que estaba loca muy bajita. Estuvimos en silencio lo que quedaba de trayecto. Que no hablase me volvía loco. Siempre quería saber que pensaba. Aparco sobre el estrecho arcén y nos bajamos del coche. Bella debía de tener calor por que se quitó el jersey y se lo anudo a la cintura. Llevaba una camiseta sin mangas. Yo también me quite el suéter y me quede en camisa.
-por aquí- le indique moviendo la cabeza. Aún estaba enfadado con ella. Empecé a adentrarme en el bosque
-¿y la senda?- sentía miedo
-dije que al final de la carretera había un sendero, no que lo fuéramos a seguir
-¿no iremos por la senda?- estaba desesperada
-no voy a dejar que te pierdas- entonces Bella se fijó por primera vez en mi camisa. La llevaba desabotonada hasta el pecho. Su respiración se cortó brevemente-¿quieres volver a casa?
Entonces se acercó a mi sitio
-¿Qué va mal?-le pregunte
-no soy una buena senderista. Tendrás que tener paciencia conmigo
-puede ser paciente si hago un gran esfuerzo- sonreí pero algo perturbaba a Bella- te llevare de vuelta a casa
-si quieres que recorra ocho kilómetros a través de la selva antes del atardecer, será mejor que empieces a indicarme el camino
Estudie su tono de voz. Estaba convencida a seguir y no sería yo quien se lo prohibiera. Encabece la marcha. Bella andaba insegura y muy lenta y nos llevó muchísimo rato hacer un camino que de normal no me llevaría más de dos minutos hacerlo. Cuando teníamos que sortear algún tronco le agarraba del codo para ayudarle pero le soltaba enseguida al oír a su agitado corazón. De vez en cuando le formulaba alguna pregunta sobre su infancia, sobre su cumpleaños y cuando me confeso que se le habían muerto los tres peces que tuvo arranque a reír mas alto de lo normal y se asustó. La mañana estaba llegando a su fin pero no estaba impaciente por llegar. Sabía que una vez que me viese a la luz del sol no querría estar mucho más conmigo asique disfrutar de una caminata a su lado era lo único que podía hacer.
-¿aún no hemos llegado?
-casi- sonreí. Seria difícil que lo viese pero se lo indique- ¿ves ese fulgor de ahí delante?
-humm-miro entornando los ojos-¿debería de verlo?
Tenía razón, aún era demasiado pronto para que ella lo viese. Aunque para mi estaba claro.
-puede que sea un poco pronto para tus ojos
-tendré que pedir hora para visitar al oculista
Menuda ocurrencia. Sus ojos estaban bien solo era que mi visión era muy perfecta. Pero a unos cien metros lo diviso y acelero el paso. Le deje que fuera delante y salió al sol. Su pelo se veía precioso. Camino sobre la mullida hierva y se volvió con el rostro lleno de alegría pero yo me había quedado en el borde del bosque. Me estaba arrepintiendo de haberla traído. ¿Qué pasaría si se asustaba y yo perdía el control? Mi mente ya no se nublaba como antes pero la garganta seguía aullándome por su sangre cada vez que estábamos juntos. Bella dio un paso hacia mí y me indico que me acercara. Necesita concienciarme de lo que iba a hacer y le levante la mano. Retrocedió un paso vacilante. Inspire hondo y salí a la luz del sol. Sentía como los rayos calentaban mi cuerpo y Bella no chillo ni echo a correr. Estaba fascinada con mi aspecto. Lentamente me tumbe en la hierba y cerré los ojos. Empecé a canturrear su nana en voz muy bajita. Bella me pregunto y le dije que me estaba cantando a mí mismo. Se acercó a mí y se sentó. Estuvo un rato en esa postura hasta que su dedo empezó a acariciar el dorso de mi mano y no se la retire. Abrí los ojos para mirarla.
-¿no te asusto?- daba la sensación de que no era la primera vez que hacia esto
-no más que de costumbre- se acercó un poco más y empezó a recorrer mi antebrazo con sus yemas. Se sentía tan bien su contacto… sus dedos temblaron pero no dije nada. Volví a cerrar los ojos- ¿te molesta?
-no, no te puedes imaginar cómo se siente eso- suspire
Bella empezó a recorrer mi brazo e intento darle la vuelta a mi mano pero me adelante y lo hice yo. Le asuste pero no retiro sus dedos
-lo siento- murmure- contigo resulta demasiado fácil ser yo mismo
Me cogió la mano y la volvió hacia un lado y otro contemplando su brillo y se la acerco a su cara.
-dime que piensas- susurre abriendo los ojos y observándola- me sigue resultando extraño no saberlo
-bueno, ya sabes, el resto nos sentimos así todo el tiempo
-es una vida dura, aunque no me has contestado
-deseaba poder saber que pensabas tu- vacilo- y…
-¿y?
-querría poder creer que eres real. Y deseaba no tener miedo- ¿acaso estaba asustada ahora?
-no quiero que estés asustada- no te haría daño. Te amo demasiado
-bueno, no me refería exactamente a esa clase de miedo, aunque, sin duda, es algo sobre lo que debo pensar
Me senté muy rápidamente sin apartar mi mano de las suyas. Me quede a escasos centímetros de su rostro. Su aroma me embriagaba más que nunca, pero ella no se movía
-entonces ¿de qué tienes miedo?
Algo en mi llamo su atención y se acercó más a mi cara. Me asuste y me aleje de ella. ¿Y si no me controlaba al estar tan cerca? Sentía como la ponzoña llenaba mi boca. Mis sentidos se agudizaron al máximo y los músculos de mis piernas se tensaron para saltar sobre mi presa. Tenía que tranquilizarme
-lo…siento, Edward- susurro
-concédeme un momento- me tranquilicé un poco y me acerque lentamente hacia ella pero me senté cruzando las piernas a una cierta distancia. Aun no estaba lo bastante tranquilo como para acercarme mas.- lo siento ¿comprenderás a que me refiero si te dijera que solo soy un hombre?
Asintió. Poco a poco percibí como la adrenalina inundaba su cuerpo y comprendía a que me refería. Quería demostrarle de lo que era capaz para que no tuviese miedo de mi aunque eso le dejase un poco traumatizada
-soy el mejor depredador del mundo ¿no es cierto? Todo cuanto me rodea te invita a venir a mí. La voz, el rostro incluso mi olor ¡como si lo necesitase!- me levante y di la vuelta al prado en menos de un segundo. Bella estaba atónita- ¡como si pudieras huir de mí!- reí con amargura, arranque el abeto y lo lance sin esfuerzo alguno. Me quede a medio metro de ella-¡como si pudieras derrotarme!- Bella estaba inmóvil por el pánico. Le había asustado más de lo que pretendía
-no temas- murmure- te prometo… te juro que no te hare daño- me intente convencer a mí mismo que era así- no temas- repetí. Me acerque y me volví a sentar en la misma postura que teníamos antes de que me asustara
-perdóname, por favor. Puedo controlarme. Me has pillado desprevenido, pero ahora me comportare mejor- seguí sin moverse- hoy no tengo sed, de verdad- le giñe un ojo
Se relajó al fin y se rio
-¿estás bien?- le volví a colocar mi brazo en sus manos. Miro mi mano y después mis ojos los cuales mostraban paz y empezó a recorrer de nuevo mi brazo con las yemas-¿por dónde íbamos antes de que me comportara con tanta rudeza?
-la verdad es que no lo recuerdo- sonreí avergonzado
-creo que estábamos hablando de por qué estabas asustada, además del motivo obvio
-ah, si
-¿y bien?- miro mi mano y recorrió mi palma. Los segundos pasaban pero no hablaba.
-con qué facilidad me frustro- musite. Quería saber que pensaba. Miro mis ojos y debió de descubrir algo porque sus facciones cambiaron a sorpresa
-tengo miedo, además de por los motivos evidentes, porque no puedo estar contigo, y porque me gustaría estarlo más de lo que debería- tuvo la misma reflexión que había tenido yo, aunque ella temía mas la muerte que otra cosa
-sí, es un motivo para estar asustado, desde luego. ¡Querer estar conmigo! En verdad no te conviene nada
-lo sé. Supongo que podría intentar no desearlo, pero dudo que funcionara
-deseo ayudarte, de verdad que si- quería ayudarle a que no estuviese enamorada de mí. Pero eso era lo que yo más anhelaba. Su amor- debería haberme alejado hace tiempo, debería hacerlo ahora, pero no sé si soy capaz
-no quiero que te vayas- estaba triste ante mi comentario
-irme, eso es exactamente lo que debería hacer, pero no temas, soy una criatura esencialmente egoísta. Ansió demasiado tu compañía para hacer lo correcto
- me alegro
-¡no te hagas!- retire mi mano con suavidad. Aun no lo entendía del todo. Estaba enfadado conmigo mismo por permitirme tenerla tan cerca-¡no es solo tu compañía lo que anhelo! Nunca lo olvides. Nunca olvides que soy más peligroso para ti de lo que lo soy para cualquier otra persona.
Mire el bosque y Bella se quedó taciturna unos instantes.
-creo que no comprendo exactamente a lo que te refieres… al menos la última parte- claro ella no sabía lo que suponía su sangre para mi
-¿Cómo te lo explicaría?-musite- y sin aterrorizarte de nuevo…
Volví a colocar mi mano sobre las de Bella y ella me la apretó aunque apenas lo note. Las mire y suspire.
-esto es asombrosamente placentero…el calor- pensé en cómo explicárselo- sabes que todos disfrutamos de diferentes sabores. Algunos prefieren el helado de chocolate y otros el de fresa
Asintió
-lamento emplear la analogía de la comida, pero no se me ocurre otra forma de explicártelo.- me sonrió y le devolví otra sonrisa-veras, cada persona, huele diferente, tiene una esencia distinta. Si tu encierra a un alcoholico en una habitación repleta de cerveza rancia se la beberá, pero si ha superado su alcoholismo y lo desea podría resistirse. Supongamos que en esa habitación ponemos una botella de brandy añejo, de cien años, el coñac más raro y exquisito y llenamos la habitación con su cálido aroma…en tal caso ¿Cómo crees que le iría?
Permanecimos sentados en silencio intentando descifrar los pensamientos del otro
-tal vez no sea la comparación adecuada. Puede que sea muy fácil rehusar el brandy. Quizás debería haber empleado un heroinómano en vez de un alcohólico para el ejemplo
-bueno ¿estás diciendo que soy tu marca de heroína?
- sí, tu eres exactamente mi marca de heroína
-¿sucede eso con frecuencia?- mire hacia los arboles sopesando si contárselo o no
-he hablado con mis hermanos al respecto. Para Jaspe, todos los humanos sois más de lo mismo. Es el miembro más reciente de nuestra familia y ha de esforzarse mucho para conseguir una abstinencia completa. No ha dispuesto de tiempo para hacerse sensible a las diferencias de olor, de sabor…lo siento- era tan complicado explicárselo sin asustarla
-no me molesta. Por favor no te preocupes por ofenderme o asustarme o lo que sea… es así como piensas. Te entiendo o al menos, puedo intentarlo. Explícate como mejor puedas
- de modo que Jasper no está seguro de si alguna vez se ha cruzado con alguien tan…tan apetecible como me resultas a mí. Eso me hizo reflexionar mucho. Emmett es el que hace más tiempo que ha dejado de beber, por decirlo de alguna manera y comprende lo que quiero decir. Dice que le sucedió dos veces, una con más intensidad que otra.
-¿y a ti?
-jamás- nos quedamos en silencio
-¿Qué hizo Emmett?- apreté sus manos con la mía- creo saberlo
-hasta el más fuerte de nosotros recae en la bebida ¿verdad?
-¿Qué me pides? ¿Mi permiso?- nunca haría nada que le dañara- quiero decir ¿no hay esperanza?
Empecé a contarle todo lo que había notado desde que nos conocimos. Le reconoci que hubiese preferido matarla el primer día en vez de hoy
-¿Por qué?- me pregunto
-Isabella- le despeine el pelo con la mano libre y se estremeció- no podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno. La idea de verte inmóvil, pálida, helada…no volver a ver cómo te ruborizas, no ver jamás esa chispa de intuición en los ojos cuando sospechas mis intenciones…seria insoportable. Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca- me acababa de declarar por primera vez. Bella se empezó a poner blanca ante este hecho pero aguarde a que lo asimilara
-ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarme de ti. Soy idiota
-eres idiota- estaba más enamorada de mi de lo que yo sabía. No le iba a hacer daño alejándome y no permitiéndole estar conmigo. Tomaría precauciones pero estaría con ella siempre que quisiera seguir conmigo. Nos reímos de lo absurdo de esta situación
-y de ese modo el león se enamoró de la oveja…-murmure pero ella se estremeció y retiro su vista
-¡que oveja tan estúpida!- musito
-¡que león tan morboso y masoquista!
-¿Por qué…?- comenzó pero no supo continuar. Parecía avergonzada de preguntármelo
-¿sí?
-dime porque huiste antes- mi sonrisa se desvaneció
-ya sabes por que
-no, lo que quiero decir exactamente es ¿Qué hice mal? Ya sabes, voy a tener que estar en guardia, por lo que será mejor aprender que es lo que no debería hacer. Esto, por ejemplo- me dijo mientras acariciaba mi mano- parece que no te hace mal
-Bella, no hiciste nada mal. Fue culpa mía- sonreí
-pero quiero ayudar si esta en mi mano, hacértelo más llevadero
-bueno…solo fue lo cerca que estuviste. Por instinto la mayoría de los hombres nos rehúyen repelidos por nuestra diferenciación…no esperaba que te acercaras tanto, y el olor de tu garganta…- al recordarlo me tense
- de acuerdo- dijo tapándose con humor el cuello- nada de exponer la garganta.
Rompí a reír ante su gesto.
-no, en realidad, fue más la sorpresa que cualquier otra cosa- alce mi mano y la deposite con suavidad en un lado de su cuello.- ya lo ves. Todo está en orden- de repente se le acelero el pulso y se sonrojo- el rubor de tus mejillas es adorable- con la otra mano recorrí su mejilla sonrojada. Notaba el calor de su cara en mis dedos. Quizás si estaba quieta me podría acercar más a ella.
-quédate muy quieta- susurre.
Lentamente me incline hacia ella. Mi mente se nublo momentáneamente pero luche y vencí la niebla. Apoye mi mejilla sobre la base de su garganta. Podía oír como su sangre palpitaba fuerte contra su cuello. Estaba completamente quieta. Mi respiración se intensifico por el esfuerzo de no morderle. Mis manos se deslizaron por su cuello y las pare en sus hombros. Deslice mi nariz por su cuello y su clavícula y escuche el descompasado corazón. Me quede ahí quito hasta que se calmó. Era el sonido más bonito que había escuchado jamás. Por fin levante la cabeza
-no volverá a ser tan arduo- después de eso todo sería más fácil. Ya sabía que era capaz de controlarme siempre y cuando ella no hiciera un movimiento brusco
-¿te ha resultado difícil?
-no ha sido tan difícil como había supuesto ¿y a ti?
-no, para mí no lo ha sido en absoluto- me reí
-toca- tome su mano y la puse en mi mejilla que ahora estaba templada por el contacto-¿notas que caliente esta?
-no te muevas- susurro. Parecía que ahora era su turno. Me quede clavado en el sitio sin moverme. Quizás si superábamos estos contactos todo fuese más fácil aun. Cerré los ojos y Bella recorrió mi cara tocando mis parpados, mis ojos y mis labios. Podía sentir su aroma en mi boca. Se retiró y abrí los ojos. Su pulso aumento y sus ojos me mostraron que los míos estaban sedientos.
-querría…querría que pudieras sentir la complejidad… la confusión que yo siento, que pudieras entenderlo- le retire el pelo de la cara y recorrí su contorno
- dímelo- musito
-dudo que sea capaz. Por una parte ya te he hablado del hambre…la sed y te he dicho la criatura deplorable que soy y lo que siento por ti. Creo que por extensión, lo puedes comprender- deseaba besarla- aunque probablemente no puedas identificarte por completo al no ser adicta a ninguna droga. Pero hay otros apetitos…apetitos que ni siquiera entiendo, que me son ajenos
-puede que lo entienda mejor de lo que crees
-no estoy acostumbrado a tener apetitos tan humanos ¿siempre es así?
-no lo sé- se ruborizo- para mí también es la primera vez
Sostuve sus manos entre las mías. Ella se merecía a alguien que pudiera darle lo que yo no podía.
-no se lo cerca que puedo estar de ti- admití-no sé si podre…
Pero Bella entendió a lo que me refería y se acercó lentamente hacia mí y apoyo la cabeza en mi pecho.
-esto basta- cerró los ojos y suspiro. Le abrace con los brazos suavemente y metí mi nariz entre su pelo inhalando hondo- se te da mejor de lo que tú mismo crees
-tengo instintos humanos. Puede que estén enterrados en lo más hondo, pero están ahí- ahora entendía a que se refería Esme al decir que éramos en alguna parte humanos. Estuvimos así hasta que Bella suspiro y me di cuenta que era muy tarde
-tienes que irte
-creía que no podías leer mi mente- me acuso
-cada vez resulta más fácil- le tome por los brazos y mire su cara. Se me acababa de ocurrir como llegar al coche rápidamente-¿te puedo enseñar algo?
-¿el qué?
-te voy a enseñar como viajo por el bosque- estaba aterrada- no te preocupes, vas a estar a salvo y llegaremos al coche mucho antes.
-¿te vas a convertir en murciélago? – me reí de buena gana. A veces tenía cada idea…
-¡como si no lo hubiera oído eso antes!
-vale, ya veo que no me voy a conseguir quedarme contigo
-vamos, pequeña cobarde, súbete a mi espalda
Vacilo pero se subió a mi espalda con el corazón a mil y me abrazo con las piernas y los brazos. No hacía nada de fuerza o así lo sentía yo
-peso un poco más de la media de la mochilas que sueles llevar
-¡bahh!-resople y puse los ojos en blanco. Cogí su mano y respire su aroma- cada vez más fácil- musite. Arranque a correr. Los arboles pasaban a nuestro alrededor a toda velocidad. ¿Quizás si se estuviera lo bastante quieta podría besarle? Ella se lo merecía. Llegamos a los pocos minutos al automóvil
-estimulante ¿verdad?- pero no me contesto ni se canteo- ¿Bella?
-creo que necesito tumbarme- ella nunca había ido a tal velocidad era normal que estuviese mareada. Espere a que se bajara-creo que necesito ayuda
Deshice la presa del cuello y le di la vuelta para tenerla enfrente y la mecí sobre mi pecho. Le deje en unos helechos para que se recuperara
-¿Qué tal te encuentras?
-mareada, creo.
-pon la cabeza entre las rodillas- y me obedeció. Eran pocas las veces que me había hecho caso. Me senté a su lado por si se mareaba y se caía de lado. Entonces levanto la cabeza y la vi muy pálida
-creo que ha sido una mala idea
-no, ha sido muy interesante- me dijo con una voz débil
-¡vaya! Estas blanca como un fantasma, tan blanca como yo mismo
-creo que debería haber cerrado los ojos
-recuérdalo para la próxima vez.- si es que aun quería estar a mi lado
-¡¿la próxima vez?!-gimió. Me reí- fanfarrón
-Bella, abre los ojos- le roge- mientras corría, he estado pensando…
-en no estrellarnos contra los árboles, espero
-tonta Bella- reí entre dientes- correr es mi segunda naturaleza, no es algo en lo que tenga que pensar
-fanfarrón- repitió
-no. He pensado que había algo que quería intentar- tome su cara entre mis manos y Bella dejo de respirar durante un segundo. Acerque mi cara aún más a la suya. Su aliento perturbo mis sentidos pero apoye mis labios sobre los de Bella. Eran muy cálidos y su aliento era tan…tan… de repente Bella me agarro el pelo y me atrajo hacia ella. Me retire despacio quedándome a unos centímetros de ella. Abrimos los ojos.
-¡huy!- musito
-eso es quedarse corto- estaba controlando mis instintos de asesino. Ahora tendríamos que estar muy quietos para que no me vencieran
-¿debería…?-intento alejarse pero no le deje hacerlo. Cuando me tranquilice un poco hable
-no. Es soportable. Aguarda un momento, por favor- aún no estaba lo bastante calmado. Cuando lo logre sonreí-¡listo!
-¿soportable?
-soy más fuerte de lo que pensaba- reí con fuerza. Estaba muy feliz de haberlo logrado- bueno es saberlo
-desearía poder decir lo mismo- estaba muy avergonzada por haberme acercado
-después de todo, solo eres humana
-muchas gracias- me dijo mordazmente
Me levante con movimientos rápidos y le tendí la mano para que se levantara. Estaba seguro que aún estaba mareada. Se levantó a mi lado
-¿sigues estando débil a causa de la carrera? ¿O ha sido mi pericia al besar?- se lo dije con total naturalidad. Quería saber exactamente lo que había sentido
-no puedo estar segura, aún sigo grogui. Creo que un poco de las dos cosas
-tal vez deberías dejarme conducir- no estaba en condiciones de ponerse al volante.
-¿estás loco?- protesto
-conduzco mejor que tú en tu mejor día- me burle- tus reflejos son mucho más lentos
-estoy segura de eso, pero creo que ni mis nervios ni mi coche seriamos capaces de soportarlo
-un poco de confianza, Bella, por favor-conseguiría convencerla
-no. Ni en broma- fue a dar un rodeo al coche pero se tambaleo. Ahí estaba mi oportunidad para convencerla
-Bella, llegados a este punto, ya he invertido un enorme esfuerzo personal en mantenerte viva. No voy a dejar que te pongas detrás del volante de un coche cuando ni siquiera puedes caminar en línea recta. Además no hay que dejar que los amigos conduzcan borrachos- le agarre por la cintura inhalando otra vez su aroma. Ya no me parecía tan tentador.
-no rebatirlo- dijo con un suspiro. Se había dado por vencida y me cedió las llaves- con calma…mi monovolumen es un señor mayor
-muy sensata- aprobé
-¿y tú no estás afectado por mi presencia?- pregunto enojada
No le respondí pero deslice mis labios por su mandíbula desde la oreja hasta el mentón. Se estremeció. Me sonreí. Si me hubiese podido sonrojar esta hubiese sido una buena oportunidad.
-pase lo que pase- murmure- tengo mejores reflejos


Última edición por Edward Cullen. el Vie Abr 29, 2011 8:21 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Edward Cullen. Vie Abr 29, 2011 8:20 pm

Capítulo 11:la noche
No me gustaba ir a esta velocidad con un coche pero tenía que mantener a Bella tranquila. Me sentía el hombre más feliz del mundo. No tenía la vista fija en la carretera porque no lo necesitaba y conducía con una mano mientras que con la otra agarraba la de Bella. Su calor era tan placentero para mi…Teníamos sintonizado una cadena en la radio de música antigua e iba cantando todo el rato.
-¿te gusta la música de los cincuenta?
-en los cincuenta, la música era buena, mucho mejor que la de los sesenta, y los setenta... ¡bauj!- me estremecí al recordar las canciones tan hippies- los ochenta fueron soportables
-¿vas a decirme alguna vez cuántos años tienes?- pregunto indecisa
-¿importa mucho?- no quería rebelárselo
-no, pero me lo sigo preguntando…no hay nada como un misterio sin resolver para mantenerme en vela toda la noche
-me pregunto si te perturbaría…- mire hacia el sol. Otro día llegaba a su fin
-ponme a prueba- desvié mi mirada a sus ojos. Estaba en calma. Me hundí un vez más en esos dos círculos marrones.
-nací en Chicago en 1901- le mire con el rabillo del ojo pero no mostro cambios- Carlisle me encontró en un hospital en el verano de 1918. Tenía diecisiete años y me estaba muriendo de gripe española- inhalo bruscamente- no me acuerdo muy bien. Sucedió hace mucho tiempo y los recuerdos humanos se desvanecen- recordé muy difuso el rostro de mi madre- recuerdo como me sentía cuando Carlisle me salvo. No es nada fácil ni algo que se pueda olvidar
-¿y tus padres?
-ya habían muerto a causa de la gripe. Estaba solo. Me eligió por ese motivo. Con todo el caos de la epidemia, nadie iba a darse cuenta de que yo había desaparecido.
-¿Cómo…? ¿Cómo te salvo?- era muy difícil explicarle le transformación. Yo me la pase gritando todo el rato. Era algo muy doloroso
-fue difícil. No muchos de nosotros tenemos el necesario autocontrol para conseguirlo, pero Carlisle siempre ha sido el más humano y compasivo de todos. Dudo que se pueda hallar uno igual a él en toda la historia. Para mí, solo fue, muy doloroso
Se quedó en silencio pensando. Pude ver que sus ojos tenían un millón de preguntas más sobre el tema pero yo no pensaba decirle más cosas. Y ella debía de saberlo
-actuó desde la soledad- le explique por qué lo hizo Carlisle- esa es, por lo general, la razón que hay detrás de cada elección. Fui el primer miembro de la familia, aunque poco después encontró a Esme. Se cayó de un risco. La llevaron directamente a al morgue del hospital, aunque, nadie sabe cómo, su corazón seguía latiendo.
-así pues, tienes que estar a punto de morir para convertirte en…
-no, eso es solo en el caso de Carlisle. El jamás hubiera convertido a alguien que hubiera tenido otra alternativa. Aunque, según él, es más fácil si la sangre es débil
-¿y Rosalie y Emmett?
-la siguiente a quien Carlisle trajo a la familia fue a Rosalie. Hasta mucho después no comprendí que albergaba la esperanza de que ella fuera para mí lo que Esme para él. Se mostró muy cuidadoso en sus pensamientos sobre mí- puse los ojos en blanco. No podría estar con Rose aunque me lo propusiera. No era mi estilo de mujer- pero ella nunca fue más que una hermana y solo dos años después encontró a Emmett. Rosalie iba de caza, en aquel tiempo íbamos a los Apalaches, y se topó con un oso que estaba a punto de acabar con él. Lo llevo hasta Carlisle durante ciento cincuenta kilómetros al temer que no fuera capaz de hacerlo por si sola. Solo ahora alcanzo a intuir que difícil fue ese viaje para ella- nunca había entendido como no se volvió loca ante la sangre. Alce la mano y le acaricie la mejilla con la base mi mano
-pero lo consiguió- Bella estaba animando a continuar el relato de mi familia
-si- murmure- Rosalie vio algo en sus facciones que le dio la suficiente entereza, y llevan juntos desde entonces. A veces, viviesen separados de nosotros, como una pareja casada: cuanto más jóvenes fingimos ser, más tiempo podemos permanecer en un lugar determinado. Forks parecía perfecto, de ahí que nos inscribiéramos en el instituto- me reí- supongo que dentro de unos años vamos a tener que ir a su boda otra vez
-¿y Alice y Jasper?
-son dos criaturas muy extrañas. Ambos desarrollaron conciencia, como nosotros la llamamos, sin ninguna guía o influencia externa. Jasper perteneció a otra familia…-no podía decirlo que había hecho- una familia bien diferente. Se había deprimido y vagaba por su cuenta. Alice lo encontró. Al igual que yo, está dotada de ciertos dones superiores que están más allá de los propios de nuestra especie.
-¿de verdad?- estaba fascinada- pero tú dijiste que eras el único que podía oír el pensamiento de la gente.
- eso es verdad. Alice sabe otras cosas, la ve… ve cosa que podrían suceder, hechos venideros, pero todo eso es muy subjetivo. El futuro no está grabado en piedra. Las cosas cambian.
-¿Qué tipo de cosas ve?
-vio a Jasper y supo que la estaba buscando antes de que el la conociera. Vio a Carlisle y a nuestra familia, y ellos acudieron a nuestro encuentro. Es más sensible hacia quienes no somos humanos. Por ejemplo, siempre ve cuando se acerca otro clan de nuestra especie y la posible amenaza que pudiera suponer
Seguimos hablando de Alice y los nómadas hasta que aparque en la puerta de su casa. Estaba fascinada por cómo nos agrupábamos y por cómo nos gustaba el norte. Le explique qué deslumbraríamos a los coches con nuestra piel expuesta a la luz del sol. Le explique Alice fue creada y abandonada antes de que se despertara del trance. De repente las tripas de Bella sonaron
-lo siento, te estoy impidiendo cenar
-me encuentro bien, de veras
-jamás había pasado tanto tiempo en compañía de alguien que se alimentara de comida. Lo olvide
-quiero estar contigo- yo tampoco quería separarme de ella
-¿no puedo entrar?
-¿te gustaría?- me encantaría mi amor
Baje del coche y a toda velocidad abrí su puerta.
-sí, si no es un problema
-muy humano- me felicito
-esa parte está emergiendo a la superficie, no cabe duda
Era noche cerrada ya asique le adelante y cogí la llave del escondite. Abrí la cerradura y volví a colocarme detrás de ella. Cuando llegamos al porche me adelante y le abrí la puerta cortésmente.
-¿estaba abierta?
-no, he usado la llave de debajo del alero- estaba sorprendida- sentía curiosidad por ti
-¿me has espiado?- estaba halaga ante esto
-¿Qué otra cosa iba a hacer de noche?
Nos fuimos a la cocina y se me quedo mirando hasta que cogió una cosa blanca y bandurria y ala introdujo en el microondas. No dejaba de mirar como giraba como si estuviese hipnotizada con el su giro
-¿con cuanta frecuencia?- me dijo de repente
-¿eh?- no sabía a qué se refería ahora
-¿con que frecuencia has venido aquí?
-casi todas las noches- estaba aturdida pero se giró para mirarme
-¿Por qué?
-eres tan interesante cuando duermes- era mi parte favorita del día- hablas en sueños
-¡no!- se estaba ruborizando y se agarró a la encimera con las dos manos. Me disguste porque estaria enfadada por espiarle
-¿estas enfadada conmigo?
-¡eso depende!- me espeto. Se sentó a mi lado. Parecía confusa. ¿De que tenía miedo ahora?
-¿de qué?
-¡de lo que hayas escuchado!- gimió. Me levante y me acerque todo lo que pude para cogerle las manos
-¡no te disgustes!-suplique. Busque su mirada con mis ojos pero me la retiro- echas de menos a tu madre. Te preocupas por ella y cuando llueve, el sonido hace que te revuelvas inquieta. Solías hablar mucho de Phoenix, pero ahora lo haces con menos frecuencia. En una ocasión dijiste “todo es demasiado verde”- me reí con suavidad a la espera que me dijera algo
-¿alguna otra cosa?
-pronunciaste mi nombre- admití. Frustrada suspiro
-¿mucho?
-exactamente ¿Cuántas veces entiendes por mucho?
-oh, no- se había puesto colorada y bajo la mirada. Acerque su cabeza a mi pecho con naturalidad
-no te acomplejes- le susurre al oído- si pudiera soñar, seria contigo. Y no me avergonzaría de ello.
Charlie acababa de aparcar en la calle y Bella se separó de mí
-¿debería saber tu padre que estoy aquí?
-yo…-no quería forzarla a que me lo presentara formalmente ahora- no estoy segura…
- en otra ocasión, entonces
Salí a toda velocidad de la cocina y subí a su habitación. Oí como me llamaba y me reí pero su padre ya estaba entrando en la casa. Mantuvieron una conversación en la cual Bella quería escaparse y subir a su habitación después de cenar. Su padre pensó que le estaba engañando con eso de irse a dormir y que se escaparía por la ventana para ir al baile. Se convenció que subiría en un rato a mirar si dormía. Bella entro en la habitación haciendo ruido y se precipito de puntilla hacia la ventana. No me había visto ahí sentado cuando entro
-¿Edward?- susurro. Pero yo estaba detrás de ella encima de la cama.
-¿sí?- se asustó y se llevó la mano al cuello. Le sonreí para que se relajara
-¡oh!
-lo siento
-dame un minuto para que me vuelva a latir el corazón- mientras se agarraba el pecho
Me senté en la cama y le extendí mis brazos para que viniese conmigo. Ella agarro mi mano y se acercó a mí
-¿Por qué no te sientas conmigo?- apoye mi mano sobre la suya del pecho-¿Cómo te va el corazón?
-dímelo tu…estoy segura que lo escucha mejor que yo
Me reí. Entonces los dos nos quedamos en silencio oyendo el acompasado ritmo de su corazoncito.
-¿me concedes un minuto para ser humana?
-desde luego- le indique con la mano que procediese
-no te mueva
-sí, señorita- me quede todo lo quieto que me era posible. Ella se levantó de la cama, recogió su pijama y su neceser y apago la luz al salir de la habitación. Se encerró en el baño. Empezó a cepillarse los dientes con una fuerza que pensé que partiría el cepillo de diente. Entonces oí como su ropa se deslizaba por su piel y encendía el grifo. Podía notar el agua recorriendo cada centímetro de su cuerpo. Me puse nervioso y me levante. Necesitaba pensar en otra cosa. Me asome por la ventana para ver como las nubes iban moviéndose en el cielo. Bella se ducho sumamente rápido y salió del baño con el pijama puesto. Cuando regreso a la habitación traía el pelo húmedo y yo me había vuelto a colocar en el mismo punto de la cama y la misma postura como si nunca me hubiese movido de allí.
-bonita ropa- me hizo una mueca- no, te sienta bien.
Regreso a mi lado y se sentó con las piernas cruzadas
-¿a qué venia todo eso?- antes de entrar en el cuarto le había dado las buenas noches a Charlie
-Charlie cree que me voy a escapar a hurtadillas
-ah. ¿Por qué?- quería oír de su boca
-al parecer me ve un poco acalorada- le levante el mentón y examine su rostro. Con una sonrisa en la cara le dije
-de hecho, pareces bastante sofocada
-parece que es te resulta mucho más fácil estar cerca de mi
-¿eso parece?- murmure mientras deslizaba mi nariz hacia la curva de la mandíbula. Le retire el pelo para poder llegar a la parte trasera de la oreja
-sí. Mucho, mucho más fácil- me dijo entrecortadamente. Su pulso había aumentado de nuevo
-hummm
-por eso me preguntaba…- mis dedos seguían la curva de su clavícula y este hecho le hizo perderse
-¿sí?- musite
-¿Por qué será? ¿Qué crees?
Me reí
-el triunfo de la mente sobre la materia
Pero retrocedió y me miro asustada. Nos miramos durante unos instantes. ¿Por qué se retiraba ahora? ¿Le abría asustado tener mi boca tan cerca de su cuello?
-¿hice algo mal?
-no, lo opuesto. Me estas volviendo loca- se habían sonrojado
-¿de veras?- ella también tenía la tentación de la carne
-¿querrías una salva de aplausos?- sonreí de oreja a oreja
- solo estoy gratamente sorprendido- le aclare- en los últimos cien años o casi nunca me imaginé nada parecido. No creía encontrar a nadie con quien estar de forma distinta a la que estoy con ms hermanos y hermanas. Y entonces descubro que estar contigo se me da bien, aunque todo sea nuevo para mí
-tu eres bueno en todo- observo. Tenía razón pero la experiencia la gane con los años
Me encogí de hombros y los dos nos reímos en voz baja
-pero ¿Cómo puede ser tan fácil ahora? Esta tarde…
-no es fácil- suspire- pero esta tarde estaba todavía…indeciso- no sabía si lograría pasar el día con ella sin morderle- lo lamento es imperdonable que me haya comportado de esa forma
-no es imperdonable
-gracias-sonreí- ya ves- desvié la mirada al suelo. Estaba avergonzado- no estaba convencido de ser lo bastante fuerte…- cogí su mano y me la acerque a la nariz. La niebla ya no estaba- estuve susceptible mientras existía la posibilidad de que me viera sobrepasado… hasta que me convencí que mi mente era lo bastante fuerte, que no existía peligro de ningún tipo de que yo… de que pudiera…
-¿ahora ya no existe esa posibilidad?
-la mente domina a la materia- me sonreí. Estaba seguro del todo que no le mordería
-vaya, pues sí que era fácil
Eche la cabeza para atrás y solté una carcajada insonora
-¡fácil para ti!- le acaricie la nariz con la punta de mis dedos.-lo estoy intentando. Si resultara… insoportable, estoy bastante seguro de ser capaz de irme
Torció el gesto
-mañana va a ser más duro. He tenido tu aroma en la cabeza todo el día y me he insensibilizado de forma increíble. Si me alejo de ti por cualquier lapso de tiempo, tendré que comenzar de nuevo. Aunque no desde cero, creo
-entonces, no te vayas- me suplico
-eso me satisface- era muy feliz a su lado y ahí estaría hasta que ella me echara- saca los grilletes…soy tu prisionero- le agarre las muñecas mientras le hablaba. Volví a reírme. Quería que todos los días fueran así.
-pareces más optimista que de costumbre. No te había visto así antes
-¿no se supone que tiene que ser así? El esplendor del primer amor, y todo eso. ¿No es increíble la diferencia existente entre leer sobre la materia o verla en las películas y experimentarla?
-muy diferente. Y más fuerte de lo que había imaginado- admitió
-por ejemplo la emoción de los celos. He leído sobre los celos un millón de veces, he visto actores representarlos en mil películas y obras teatrales diferentes. Creía haberlos comprendido con bastante claridad, pero me asustaron…- recordar cómo me ponía celoso por otro humano me amargaba-¿recuerdas el día que Mike te pido que fueras con él al baile?
Asintió
-fue el día que volviste a dirigirme la palabra otra vez
-me sorprendió la llamarada de resentimiento, casi furia, que experimente…al principio no supe lo que era. No poder saber que pensabas, porque le rechazabas, me exasperaba más que de costumbre ¿lo hacías en beneficio de tu amiga? ¿O había otro? En cualquier caso, sabía que no tenía derecho alguno a que me importara, e intente que fuera así. Pero los celos son algo extraños y mucho más poderosos de lo que hubiera pensado. ¡E irracional! Justo ahora cuando Charlie te ha preguntado por ese vil de Mike Newton…-moví la cabeza con enojo
-debería haber sabido que estarías escuchando- gimió
-por supuesto
-¿de veras que eso te hace sentir celoso?
-soy nuevo en esto. Has resucitado al hombre que hay en mí y lo siento todo con más fuerza porque es reciente.
-pero sinceramente- me bromeo- que eso te moleste después de lo que he oído de esa Rosalie…Rosalie, la encarnación de la pura belleza…eso es lo que Rosalie significa para ti, con o sin Emmett ¿Cómo voy a competir con eso?
-no hay competencia- le pase las manos por detrás de mi espalda y la apreté contra mi pecho suavemente. Con ella tenía que tener mucho cuidado de calcular la fuerza de mis actos. Se quedó completamente quieta. Me volvía a facilitar las cosas
-sé que no hay competencia- murmuro- ese es el problema
-Rosalie es hermosa a su manera, por supuesto, pero incluso si no fuera como una hermana para mí, incluso si Emmett no le perteneciera, jamás podría ejercer la décima, que digo, la centésima parte de la atracción que tú tienes sobre mí- ella jamás entendería que para mí era todo. Sin ella no había vida-he caminado con los míos y los hombres durante casi noventa años…todo ese tiempo me he considerado completo sin comprender que estaba buscando, sin encontrar nada porque tu aun no existías
-no parece demasiado justo- aún seguía apoyada en mi pecho- en cambio yo no he tenido que esperar nada ¿Por qué debería dejarte escapar tan fácilmente?
-tienes razón- admire- debería ponértelo mas difícil, sin duda- solté una de sus muñecas para cogerla con la otra mano y acaricie su pelo húmedo- solo te juegas la vida cada segundo que pasas conmigo, lo cual, seguramente, no es mucho. Solo tienes que regresar a la naturaleza, a la humanidad… ¿merece la pena?
-arriesgo muy poco…no me sentó privada de nada
- aun no- pero ese día llegaría-Esperaba que dentro de unos años
Intento echarse para atrás pero no le deje. De repente oí los pensamientos de Charlie y me levante a toda velocidad. Iba a comprobar que Bella aun estuviese en casa.
-túmbate- le dije antes de meterme en el armario. Se acurruco entre las sabanas justo cuando Charlie abrió la puerta para comprobar que estaba dormida. Bella fingía muy mal y si le hubiese prestado un poco más de atención se hubiese dado cuenta que su hija fingía. Por fin después de un minuto cerró la puerta y se marchó. Me tumbe a toda velocidad al lado de Bella y le bese en la oreja
-eres una actriz pésima…diría que ese no es tu camino
-¡caray!- le había pegado un buen susto y su corazón estaba acelerado. Le tararee la nana que le había compuesto.
-¿debería cantarte para que durmieras?
-cierto- se rio-¡cómo podría dormir estando tu aquí!
-lo has hecho todo el tiempo- le recordé
-pero no sabía que estabas aquí- me replico
-bueno, si no quieres dormir…- dejo de respirar un segundo
-si no quiero dormir… ¿Qué?- reí entre dientes. Estaba tan nerviosa como yo por estar en una cama. Pero eso sí que no podría hacerlo nunca. Le podría hacer daño. Solo recordar como quedaba la casa de Emmett y Rose.
-en tal caso ¿Qué quieres hacer?- se quedó meditando unos segundos
-no estoy segura
-dímelo cuando lo hayas decidido- me entretuve inhalando su esencia por la mandíbula
-pensé que te habías insensibilizado
-que haya renunciado a beber el vino no significa que no pueda apreciar el buque- susurre- hueles a flores, como lavanda y a fresa. Se me hace la boca agua
-sí, tengo un mal día si no encuentro a alguien que me diga que apetitoso es mi aroma
Reí entre dientes. Siempre me desbordaban sus comentarios.
-he decidido lo que quiero hacer. Quiero saber más de ti
-pregunta lo que quieras- ahora que ya sabía lo que era no tendría que mentirle muchas más veces. Podía serle todo lo sincero que me fuera posible
-¿Por qué lo haces? Sigo sin comprender como te esfuerzas tanto para resistirte a lo que…eres. Por favor, no me malinterpretes, me alegra que lo hagas. Solo que no veo la razón por la que te preocupo al principio.
Vacile unos segundos
-es una buena pregunta y no eres la primera en hacerla. El resto, la mayoría de nuestra especie, está bastante satisfecho con nuestro sino… ellos también se preguntan cómo vivimos. Pero, ya ves, solo porque no hayan repartido cierta cartas no significa que no podamos elegir el sobreponernos, dominar las ataduras de un destino que ninguno de nosotros deseaba e intentar retener toda la esencia de humanidad que nos resulte posible.- se quedó inmóvil-¿te has dormido?- pregunte después de unos minutos
-no
-¿eso es todo lo que te inspira tu curiosidad?
-en realidad no
-¿Qué más deseas saber?
-¿Por qué puedes leer mentes? ¿Por qué solo tú? ¿Y porque Alice lee el porvenir? ¿Por qué sucede?
Me había soltado un montón de preguntas de golpe… de veras quería saberlo todo sobre nosotros. Me encogí de hombros
-Carlisle trajo su compasión y Esme, la capacidad de amar con pasión. Emmett trajo su fuerza y Rosalie la… tenacidad o la obstinación, si así lo prefieres- me reí. Rosalie podía ser muy obstinada cuando quería- Jaspe es muy interesante. Fue bastante carismático en su primera vida, capaz de influir en todos cuando tenía alrededor para que vieran las cosas a su manera. Ahora es capaz de manipular las emociones de cuanto le rodean para apaciguar una habitación de gente airada, por ejemplo, o a la inversa, exaltar a una multitud aletargada. Es un don muy sutil.-aguarde mientras asimilaba la información.
-¿Dónde empezó todo? Quiero decir, Carlisle te cambio a ti, luego alguien entes tuvo que convertirlo a él, y así sucesivamente…
-¿de dónde procedemos? ¿Evolución? ¿Creación? ¿No podríamos haber evolucionado igual que el resto de las especies, presas y depredadores? O, si no crees que el universo surgió por su cuenta, lo cual me resulta difícil de aceptar ¿tan difícil es admitir que la misma fuerza que creo al delicado chiribico y al tiburón, a la cría de foca y a la ballena asesina, hizo a nuestras respectivas especies?
-a ver si lo he entendido… yo soy la cría de foca ¿verdad?
-exacto- me eche a reír. Ella era mi pequeña foquita y yo la asesina ballena. Le bese en el pelo.
-¿estas preparada para dormir o tienes alguna pregunta más?
-sola una o dos millones
-tenemos mañana y pasado y pasado mañana…- le recordé y sonrió eufórica
-¿estás seguro que no te vas a desvanecer por la mañana? Después de todo eres un mito
-no te voy a dejar- le prometí
- entonces, una más por esta noche…- se puso colorada. ¿Qué se le habría ocurrido ahora?
-¿Cuál?
-no, olvídalo. He cambiado de pregunta
-Bella, puedes preguntarme lo que quieras- pero no me respondió-intento pensar que no leerte la mente será menos frustrante cada vez, pero no deja de empeorar y empeorar
- me alegra que no puedas leerme la mente, ya es bastante malo que me espíes lo que digo en sueños
-por favor- negó con la cabeza- si no me lo dices voy a asumir que es algo mucho peor que lo que es. Por favor
-bueno…
-¿sí?
-dijiste que Emmett y Rosalie van a casarse pronto… ¿es ese matrimonio igual que para los humanos?- me reí con ganas. Que esperaba que fuese ¿con velas negras y un ritual de sangre?
-¿era eso lo que querías preguntar? Si, supongo que es prácticamente lo mismo. Ya te dije que la mayoría de esos deseos humanos estén ahí, solo que ocultos por instintos más poderosos
-ah
-¿había alguna intención detrás de esa curiosidad?- quizás ya estaba pensando en nuestra boda. Eso era imposible. Hoy en día los humanos no piensan en esas cosas
-bueno, me preguntaba…si algún día tu y yo…
Me puse rígido. Eso era imposible. Ella y yo nunca podríamos casarnos. Yo no quería que se atara a una persona con las limitaciones que yo tenía y que podía convertirla en picadillo si me descuidaba un poco.
-no creo que eso…sea…posible para nosotros…
-¿Por qué sería demasiado arduo para ti si yo estuviera demasiado cerca?
-es un problema, sin duda, pero no me refería a eso. Es solo que eres demasiado suave, tan frágil. Tengo que controlar mis actos cada instante que estamos juntos para no dañarte. Podría matarte con bastante facilidad, Bella y simplemente por accidente.- apoye mi mano en su mejilla- si me apresurase, si no prestara la suficiente atención por un segundo podría extender la mano para acariciar tu cara y aplastarte el cráneo por error. No comprendes lo increíblemente frágil que eres. No puedo perder el control mientras estoy a tu lado.
Aguarde a que mostrara miedo. Pero no me respondía. Me inquietaba por segundos
-¿estas asustada?
-no. estoy bien- después de transcurrido un minuto
-aunque ahora soy yo quien tiene la curiosidad- ¿habría hecho el amor con alguien antes de conocerme?- ¿nunca has…?- me daba mucha vergüenza decirlo pero me entendió
-naturalmente que no- se sonrojo- ya te he dicho que nunca antes he sentido esto por nadie, ni siquiera de cerca.
-lo sé. Es solo que conozco tus pensamientos de otras personas y sé que el amor y el deseo no siempre recorren el mismo camino
-para mí, sí. Al menos ahora que ambos existen para mí- musito. Pero nunca podría hacerlo conmigo y era una experiencia humana que tendría que vivir ella.
-eso está bien. Al menos tenemos una cosa en común- estaba complacido que ella siguiese siendo virgen.
- tus instintos humanos…- no sabía cómo decírmelo. Espere.- bueno, ¿me encuentras atractiva en ese sentido?
Sí que sentía esa clase de atracción por ella. Me reí y le despeine el pelo. Lo tenía ya casi seco
-tal vez no sea humano, pero soy un hombre- Bella bostezo- he respondido algunas de tus preguntas, ahora deberías dormir
-no estoy segura de poder
-¿quieres que me marche?
-no- dijo con voz demasiado fuerte. Me reí y le tararee su nana. No tardó mucho en dormirse. Aproveche para regresar a casa y cambiarme de ropa. Cuando salía por la ventana Bella hablo en sueños. Dijo que me amaba. Ahora si que estaba en el cielo
Cuando llegue todos me rodearon.
-me debes 30 pavos- le dijo Alice a Emmett.
Leí sus mentes. Habían apostado por si mordía a Bella o no. Todos a mí alrededor se rieron y reí con ellos. Estaba tan contento que no me importaba esa absurda apuesta.
-siempre igual ¿Cuándo aprenderás que con Alice no se puede apostar?- le dije
Emmett se encogió de hombros. Y Carlisle se alejó de nuestra reunión. Sabía que quería hablar conmigo pero yo tenía que aclarar algunos puntos con todos ellos antes de que hablase con Carlisle a solas
-Carlisle espera. Hay algo que les quiero comentar a todos- no podía aguantar que todos mi miraran y lo solté de sopetón- me gustaría que conocieran a Bella mañana.
Se hizo un silencio absoluto. Todos estaban pensando en mis palabras. Alice fue la que rompió el silencio
-por mí de acuerdo. Llevo tiempo queriendo que este aquí. Que nos conozca mejor. Ahora es tu pareja Edward…
-¡no! Me niego a esta locura. Ya nos estamos exponiendo más de la cuenta. ¿Qué pasaría si se cortara? Ocho vampiros se le echarían encima- Rosalie seguía sin estar de acuerdo con mi relación.
-Rosalie, esta con Edward. Tienes que aceptar que ahora ella forma parte de la familia. Tomaremos todas las precauciones pertinentes- le dijo Carlisle
Pero Rosalie salió a toda velocidad y Emmett la siguió. “yo sí que quiero conocerla, intentare calmarla”.
-cariño si ella te hace feliz y no nos perjudica en lo más mínimo quiero conocerla. ¿No es eso una experiencia humana?- como siempre Esme se comportaba como una madre- adelante tráela mañana.
-yo…yo…- Jasper tenía más miedo por perder el control que por otra cosa
-tranquilo yo estaré contigo y no pasara nada ¿vale?- le tranquilizo Alice- no quieres hacerle daño y no lo harás. De todos modos nos mantendremos a distancia por si acaso pierdes el control podremos protegerle.
Jasper asintió. Me alegraba que me apoyaran. ¿Cómo se lo tomaría Bella? Era algo fuerte para un humano quedar para conocer a la familia vampiro de su novio vampiro. Subí lentamente a cambiarme y Carlisle me aviso que tendríamos que hablar. No lo iba a dejar correr. Para ser inusualmente rápido me cambie muy lento. ¿Qué querría Carlisle hablar conmigo? Cuando me reuní con él nos alejamos mucho de la casa para que no nos oyeran
-Edward me gustaría que me contaras como te fue la tarde.
Estuvimos hablando de lo que habíamos hecho y de lo que sentíamos mutuamente. No se sorprendió cuando le dije que nos habíamos besado. El ya sabía que tendría la fuerza para hacerlo. Como siempre confiaba más en mí que yo mismo. Cuando me separe de Carlisle tenía que alimentarme antes de ir a por Bella asique me aleje todo lo que pude y caze un par de venados. Se me estaba haciendo tarde. Regrese a la habitación de Bella para que no me echara en falta y me senté en la mecedora para verla dormir.
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Mensaje por Renesmee Cullen Sáb Abr 30, 2011 2:53 pm

wowww....avanzas rapido me diste mucho que leer xD
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Mensaje por Edward Cullen. Sáb Abr 30, 2011 3:34 pm

ya te lo dije. escribo yo mas rapido de lo que vosotros leeis. que te parece como va?
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Mensaje por Edward Cullen. Sáb Abr 30, 2011 5:20 pm

Capítulo 12: los Cullen
Bella por fin se había despertado. Estaba sentado en la cama con el pelo todo encrespado y revuelto.
-tu pelo parece un almiar, pero me gusta.
-¡Edward, te has quedado!- cruzo el dormitorio y se arrojó sobre mi regazo. Me tense ante este acto. Al parecer se le había olvidado que tenía que ser más lenta en sus movimientos. Pero prácticamente podía controlarme. Le sonreí cuando su mirada busco la mía para pedirme perdón. Su aroma concentrado me dio de lleno en mi cara. Era súper dulce
-por supuesto- le frote la espalda y ella lentamente apoyo su cabeza en mi hombro.
-estaba convencida que era un sueño.
-no eres tan creativa- me mofe
-¡Charlie!- exclamo y fue directa a la puerta
- se marchó hace una hora…después de volver a conectar los cables de la batería de tu coche, debería añadir. He de admitir cierta decepción ¿es todo lo que se le ocurre para detenerte si estuvieras decidida a irte?
Se quedó unos segundos parada de pie pensando
-no sueles estar tan confundida por la mañana- advertí para que me contara sus pensamientos. Tendí mis brazos para que volviera a mi regazo.
-necesito otro minuto humano-admití
Claro se me olvidaba que tenía necesidades humanas y lo más seguro es que su vejiga estuviese llena.
-esperare
Corrió al baño y la oí frotarse los dientes y lavándose la cara. Regreso a la carrera y yo la esperaba con los brazos extendidos para que volviera a mí. Su corazón palpito con inseguridad.
-bienvenida otra vez- musite tomándola en brazos. La mecí unos pocos minutos
-¡te has ido!- me recrimino mientras tocaba mi camisa recién puesta
-difícilmente podía salir con las ropas que entre. ¿Qué pensarían los vecinos?
-has dormido profundamente, no me he perdido nada. Empezaste a hablar en sueños muy pronto-gimió
-¿Qué oíste?
-dijiste que me querías
-eso ya lo sabias- me recordó y hundió su cabeza en mi hombro
-da lo mismo, es agradable oírlo
Oculto su cara contra mi pecho. ¿Estaría avergonzada?
-te quiero- susurro
-ahora tu eres mi vida
Nos quedamos en esta postura un buen rato, mientras su habitación se iluminaba. Sus tripas sonaron aunque fue tan bajito que no se debió de dar cuenta.
-hora de desayunar- le dije recordándole que aun tenia necesidades humanas. Pero ella se cogió el cuello y abrió los ojos con miedo. Me asuste.
-¡es broma!- se rio- ¡y tu dijiste que no sabía actuar!
- eso no ha sido divertido – le dije con el ceño fruncido
-lo ha sido y lo sabes- no podía enfadarme con ella. Solo había sido una buena broma. Había que reconocerlo
-¿puedo reformular la frese? Hora de desayunar para los humanos.
-ah, de acuerdo
La eche cobre mis hombros con suavidad pero con rapidez. Ella protesto mientras la baja por las escalares y la dejaba en su silla de la cocina
-¿Qué hay para desayunar?-pregunto con tono amable.
No sabía cocinar. ¿Qué le podía ofrecer? Tendría que aprender a cocinar si quería estar con ella. Ese sería mi siguiente reto los días de sol. Aprendía rápido las cosas.
-eh…no estoy seguro ¿Qué te gustaría?
Esbozo una amplia sonrisa y se levantó de la silla. Yo ocupe rápidamente la silla donde habitualmente se sentaba su padre
-vale, sola me defiendo bastante bien. Obsérvame cazar.
Cogió un cuenco y lo lleno de leche con cacao y de cereales. Eso es lo que desayunaba normalmente. Al parecer no variaba su desayuno nunca. Se acercó a mí pero antes de sentarse me miro preocupada.
-¿quieres algo?- dijo con ironía. Puse los ojos en blanco
-limítate a comer, Bella.
Se sentó y le mire como comía. Observe cada arruguita que se le formaba al abrir la boca, cada movimiento de sus facciones. Hasta que se aclaró la garganta.
-¿Qué planes hay para hoy?
-eh…- ¿Cómo ser sutil?-¿Qué te parecería conocer a mi familia?
Bella trago más sonoramente que nunca. ¿Tendría miedo?
-¿ahora tienes miedo?
-si- admitió. Por fin algo de cordura. Aunque era increíble que yo no se lo diese y si mi familia. Yo era muchísimos más peligroso que ellos.
-no te preocupes- le esboce una sonrisa para relajarla- te protegeré
-no los temas a ellos-me explico- sino a que no les guste ¿no les va a sorprender que lleves a casa para conocerlos a alguien, bueno, como yo?
-oh, están al corriente de todo. Ayer cruzaron apuestas, ya sabes- sonreí al recordar los treinta euros que le debían a Alice- sobre si te traería de vuelta, aunque no consigo imaginar la razón por la que alguien apostaría contra Alice. De todos modos, no tenemos secretos en la familia. No es viable con mi don para leer mentes, la precognición de Alice y todo eso
-y Jasper haciéndote sentir todo el cariño con que te arrancaría las tripas
-prestaste atención- al parecer había pillado muy rápido los dones de mi familia
-se hacerlo de vez en cuando ¿asique Alice me vio regresar?
-algo por el estilo- Alice la había vuelto a ver transformada o muerta o a salvo. Esas eran sus tres visiones para ayer.- ¿tiene buen sabor?- su desayuno me parecía asqueroso pero a ella le debía de saber bien-la verdad es que no parece muy apetitoso
-bueno, no es un oso gris irritado…- murmuro. Me imagine a Bella pegándole un mordisco a un oso irritado. Sería divertido ese mordisco humano.
Bella se terminó los cereales. ¿Me presentaría a su padre pronto? Bella se levantó y fregó el desayuno. ¿Cómo reaccionaría ante el novio de su hija? Me encantaría que me lo presentara formalmente.
-creo que también tu deberías presentarme a tu padre
-ya te conoce- me recordó. Nos conocimos en el hospital
-como tu novio, quiero decir- me miro con cara de duda
-¿Por qué?
-¿no es esa la costumbre?- hacia ochenta años así era. El novio era presentado formalmente ante el padre de la chica
-lo ignoro-admitió-no es necesario, ya sabes. No espero que tu…quiero decir, no tienes que fingir por mí- otra vez quería protegerme ella.
-no estoy fingiendo- le dije sonriendo tranquilamente-¿vas a decirle a Charlie que soy tu novio o no?
-¿eso es lo que eres?- hombre en realidad no habíamos hablado de salir. Ni se lo había propuesto. Pero creo que era así. En mis tiempos ya llevaríamos saliendo desde la vez que le rescate, aunque en los tiempos que corrían ahora…
-admito que es una interpretación libre, dada la connotación humana de la palabra
-de hecho, tengo la impresión de que eres algo mas- me dijo sonrojándose y mirando los platos. Me acerque a ella
-bueno, no vamos a darle los detalles todos los detalles morbosos- le levante el mentón con un dedo. Quería verle los ojos ya que eran los únicos que me mostraban parte de sus pensamientos- pero vamos a necesitar una explicación de por qué merodeo tanto por aquí. No quiero que el jefe de policía Swan me imponga una orden de alejamiento.
-¿estarás?-parecía ansiosa por esa pregunta-¿de veras vas a estar aquí?
-tanto tiempo como tú me quieras- le admití
-te querré siempre. Para siempre
Le acaricie las mejillas con la yema de mis dedos
-¿eso te entristece?- no estaba triste sino defraudado. No quería que dependiera de mi amor toda su vida. Cuando ella necesitara otras series de cosas humanas y yo se las negase seria de mi lado
-¿has terminado?-asintió- vístete…te esperare aquí.
Le costó muchísimo arreglarse para la ocasión. La oía corretear por el piso de arriba. Estaba nerviosa por conocer a los vampiros. Yo también estaba ansioso por que los conociera. Aunque empecé a dudar que fuera buena idea cuando ella bajo las escaleras de dos en dos.
-de acuerdo. Estoy presentable.
Salto encima mía cuando le quedaban unos pocos escalones. La acerque a mi pecho y le susurre al oído
-te has vuelto a equivocar- estaba preciosa- vas totalmente indecente. No está bien que alguien tenga un aspecto tan apetecible
-¿Cómo de apetecible? Me cambiar…
Negué con la cabeza suspirando
-eres tan ridícula…-le di un beso en la frente y su corazón se desboco-¿debo explicarte por qué estás tan apetecible?- mi dedo recorrió su espalda lenta y suavemente y me acerque para besarla con suavidad. Entonces perdió el conocimiento. Se había olvidado de respirar.
-¿bella?- le llame separándola un poco de mí
-has hecho que me desmaye…- me acuso
-¿Qué voy a hacer contigo?- gemí desesperado- ayer te beso ¡y me atacas! ¡Y hoy te desmayas!
Se rio débilmente. Le sostuve la cabeza que se le iba de un lado a otro por el mareo.
-eso te pasa por ser bueno en todo- suspire- ese es el problema. Eres demasiado bueno. Muy muy bueno
-¿estas mareada?- ya le había visto más de una vez así.
-no…no fue la misma clase de desfallecimiento de siempre. No sé qué ha sucedido. Creo que me olvide de respirar- aun no había recobrado el color. Sería mejor que pospusiéramos lo planeado
-no te puedo llevar de esta guisa a ningún sitio
-estoy bien- me replico- tu familia va a pensar que estoy loca de todos modos, asique… ¿Cuál es la diferencia?
-no soy imparcial con el color de esa blusa- enrojeció
-mira, intento con todas mis fuerzas no pensar lo que estoy a punto de hacer, asique ¿podemos irnos ya?
-a ti no te preocupa dirigirte al encuentro de una casa llena de vampiro, lo que te preocupa es conseguir su aprobación ¿me equivoco?
-no- era increíble. Sacudí la cabeza
-eres increíble
Hoy como era yo el que me sabía el camino no le quedó más remedio que dejarme conducir su camioneta. Otro gran momento para un humano. Presentar a su pareja. Pero no debíamos olvidarnos que yo no era humano. ¿Qué opinaría Bella de la casa? ¿Cómo se la imaginaria? ¿Acaso como otro de los mitos? ¿Con telarañas, ataúdes y fosos? Nos desviamos en la entrada de la casa. Nos habían dejado las verjas abiertas. Aparque en la entrada.
-¡guau!
-¿te gusta?- pregunte contento de que estuviese impresionada.
-tiene…cierto encanto
Le tire de la coleta y reí entre dientes. Salí rápido a abrirle la puerta.
-¿lista?
-ni un poquito… ¡vamos!- le aliso el pelo nerviosa
-tienes un aspecto adorable
Le cogí de la mano y nos dirigimos hacia la casa. Estaba muy nerviosa y le empecé a hacer círculos en el dorso de la mano con el dedo pulgar. Le abrí la puerta. Bella se quedó con la boca abierta. Le estaba impresionando más de lo que me imaginaba. Sus ojos desbordaban felicidad. Mis padres nos aguardaban a la izquierda del recibidor al lado del piano. Esme aprobó con la mente mi gusto y sonreí. Se mantenían a cierta distancia para no asustar a Bella.
-Carlisle, Esme, os presento a Bella.
-se bienvenida, Bella.- le tendió la mano. Y Bella temerosa se la estrecho.
-me alegra volver a verle, doctor Cullen
-llámame Carlisle, por favor
Bella por fin de relajo y esbozo una sonrisa de oreja a oreja y yo hice lo mismo. Esme se adelantó para estrecharle la mano al igual que Carlisle.
-me alegro mucho de conocerte- dijo con sinceridad
-gracias. Yo también me alegro
-¿Dónde están Alice y Jasper?- pero aparecieron por lo alto de las amplias escaleras.
-¡hola Edward!- pero antes de que le pudiese frenar Alice bajo las escaleras a toda velocidad y le dio un beso en la mejilla. Me había puesto nervioso por este acto que era tan normal en ella.
-hola, Bella- estábamos todos sorprendidos de las reacciones de ambas. Ninguna dudo ni un momento- hueles bien. Hasta ahora no me había dado cuenta- Bella se ruborizo
Jasper seguía manteniendo las distancias desde lo alto de la escalera. Su mente estaba muy confundida y estaba usando todo su autocontrol para no ir a por Bella. Le mire fijamente para advertirle que eso no le sería posible. Jasper uso su poder para tranquilizar a Edward.
-hola Bella- le saludo
-hola Jaspe. Me alegro de conocerlos a todos… tenéis una casa preciosa.
-gracias- Esme ya estaba a gusto con ella. Ya le había cogido cariño. Que fácil era para ella- estamos encantados de que hayas venido
“creo que será mejor que nos retiremos. Me imagino que querrás mostrarle la casa. Los visitantes que esperábamos están más cerca. Con tu permiso” Carlisle tan gentil. Le asentí con la cabeza y entonces me di cuenta que Bella miraba mi piano.
-¿tocas?- le pregunto Esme. Bella negó con la cabeza
-no, en absoluto. Pero es tan hermoso… ¿es tuyo?
-no- se rio-¿no te ha dicho Edward que es músico?
-no- pero me miro con cara de reproche por no haberlo hecho- supongo que debería de haberlo sabido-“¿Qué quiere decir?” me pregunto Esme pero Bella le dio la contestación- Edward puede hacerlo todo ¿no?
Jasper se rio con disimulo y Esme me dirigió una mirada de reprobación
-espero que no hayas estado alardeando…es de mala educación- me riño
-solo un poco- me reí de buen grado. “sé que eres muy modesto en contar tus cosas. Perdóname”
-de hecho- me defendió Bella- se ha mostrado demasiado modesto.
-bueno toca para ella- me animo Esme. “su nana” me dijo.
-acabas de decir que alardear es de mala educación- le pique
-cada regla tiene su excepción-“no me hagas obligarte”
-me gustaría oírte tocar- dijo de repente bella y Esme aprovecho la ocasión para empujarme hacia el piano.
-entonces, decidido
Agarre a Bella para que se sentara a mi lado y nos posicionamos frente al piano. Empecé a tocar la canción de Esme y se quedó con la boca abierta. Los demás se dieron cuenta y se rieron bajito. Me gire hacia Bella y le giñe un ojo
-¿te gusta?
-¿tú has escrito esto?- dijo entrecortadamente.
Asentí
-es la favorita de Esme.- cerró los ojos y sacudió la cabeza-¿Qué ocurre?
-me siento extremadamente insignificante
Empecé a tocar su nana. Era tan hermosa.
-tu inspiraste esta-dije en voz baja. Bella estaba muda- les gustas, ya lo sabes. Sobre todo a Esme.
Bella los busco por la estancia pero ellos se habían marchado para darnos intimidad.
-¿A dónde han ido?
-supongo que, sutilmente, nos han concedido un poco de intimidad
Suspiro
-les gusto, pero Rosalie y Emmett…- torcí el gesto. No tenía que preocuparse por Rosalie. Emmett le hubiese quedado a conocerla.
-no te preocupes por Rosalie-le anime- cambiara de opinión
-¿y Emmett?
-bueno, opina que soy un lunático, lo cual es cierto, pero no tiene ningún problema contigo. Está intentando razonar con Rosalie.
-¿Qué le perturba?
-Rosalie es la que más se debate contra…contra lo que somos. Le resulta duro que alguien de fuera de la familia sepa la verdad, y está un poco celosa.
-¿Rosalie tiene celos de mí?- estaba incrédula
Nadie de la familia sabía que realmente lo que le pasaba a Rosalie era que le daba envidiar no poder ser humana. No poder vivir algunas de las experiencias típicas. Ella siempre quiso estar casada, una casa grande y unos retoños correteando a su alrededor y envejecer al lado de Emmett. Cosas que siendo lo que éramos no podían llevarse a cabo.
-eres humana. Es lo que ella también desearía ser.
-vaya-musito- en cuanto a Jasper…
- en realidad, eso es culpa mía- le explique- ya te dije que era el que hace menos tiempo que está probando nuestra forma de vida. Le previne para que se mantuviera a distancia.- Bella se estremeció.
-¿y Esme y Carlisle…?- me estaba preguntando la opinión de todos
-son felices de verme feliz. De hecho, a Esme no le preocuparía que tuvieras un tercer ojo y dedos palmeados. Durante todo este tiempo se ha preocupado por mí, temiendo que se hubiera perdido alguna parte esencial de mi carácter, ya que era muy joven cuando Carlisle me convirtió…está entusiasmada. Se ahoga de satisfacción cada vez que te toco.
-Alice parece muy… entusiasta
-Alice tiene su propia forma de ver las cosas-murmure. Alice esperaba que Bella se nos uniera al final.
-y no me lo vas a explicar ¿verdad?
No quería que nos temiese. Tampoco iba a permitir que supiese realmente que Alice estaba esperando el día en que las dos irían a corretear por los alrededores.
-¿Qué te estaba diciendo antes Carlisle?
-te has dado cuenta ¿verdad?- era demasiado observadora para engañarla
-naturalmente- me dijo encogiéndose de hombros.
-quería informarme de ciertas noticias…no sabía si era algo que yo debería compartir contigo.
-¿lo harías?
-tengo que hacerlo, porque durante los próximos días, tal vez semanas, voy a ser un protector muy autoritario y me disgustaría que pensaras que soy un tirano por naturaleza
-¿Qué sucede?
Le explique que esperábamos compañía y de qué tipo era esa compañía. Se estremeció al oírlo. Por fin una reacción de pánico. Pero sus ojos volvían a recorrer la estancia.
-no es lo que esperabas ¿verdad?
-no –admitió
-no hay ataúdes, ni cráneos apilados en los rincones. Ni siquiera creo que tengamos telarañas… ¡que decepción debe de ser para ti!- le bromee. Pero me ignoro
-es tan luminoso, tan despejado
- es el único lugar que tenemos para escondernos- el único lugar donde podías ser nosotros mismos.
La nana estaba llegando a su fin y las últimas notas quedaron suspendidas en el aire.
-gracias-susurro. Estaba llorando y trato de enjuagarse la cara sin que yo me diera cuenta. Pero alce mi dedo y cogí una de sus lágrimas. La examine unos segundos y me la lleve a la boca. Era muy salada para el olor que despedía Bella. Me miro inquieta y le esboce una sonrisa
-¿quieres ver el resto de la casa?
-¿nada de ataúdes?-estaba preocupada. Me eche a reír y le cojo de la mano alejándonos del piano.
-nada de ataúdes- le prometí. Subimos al piso de arriba- la habitación de Rosalie y Emmett…el despacho de Carlisle…el cuarto de Alice…- le iba indicando con la mano libre. Bella se detuvo en la gran cruz que estaba en la pared y era del padre de Carlisle.
-puedes reírte, es una especie de ironía.- pero ella no lo hizo y levanto el dedo para tocarla pero tampoco lo hizo.
-debe de ser antigua- alce los hombros
-es del siglo XVI, a principios de la década de los treinta, más o menos.- me miro con los ojos entrecerrados
-¿Por qué la conserváis esto aquí?
-por nostalgia. Perteneció al padre de Carlisle
-¿coleccionaba antigüedades?- pregunto dubitativa
-no. La tallo el mismo para colgarla en la pared, encima del pulpito de la vicaría en la que predicaba.- estaba sorprendida. Volvió a mirar la cruz.se había quedado muy pálida ante la perspectiva de la edad de Carlisle.
-¿te encuentras bien?- estaba preocupado ¿y si había entrado en shock?
-¿Cuántos años tiene Carlisle?- no aparto la vista de la cruz
-acaba de celebrar su cumpleaños tricentésimo sexagésimo segundo.- me miro con un millón de preguntas- Carlisle nació en Londres, el cree que hacia 1640. Aunque las fechas no se señalaban con demasiada precisión en aquella época, al menos, no para la gente común, si se sabe que sucedió durante el gobierno de Cromwell. Fue el hijo único de un pastor anglicano. Su madre murió al alumbrarle a él. Su padre era un fanático. Cuando los protestantes subieron al poder, se unió con entusiasmo a la persecución desatada contra los católicos y personas de otros credos. También creía a pies juntillas en la realidad del mal. Encabezo partidas de caza contra brujos, licántropos… y vampiros. Quemaron muchos inocentes, por supuesto, ya que las criaturas a las que realmente ellos perseguían no eran tan fáciles de atrapar. El pastor coloco a su obediente hijo al frente de razias cuando se hizo mayor. Al principio Carlisle fue una decepción. No se precipitaba en lanzar acusaciones ni veía demonios donde no los había, pero era persistente y mucho más inteligente que su padre. De hecho, localizo un aquelarre de auténticos vampiros que Vivian ocultos en la cloacas de la ciudad y solo salían a cazar durante las noches. En aquellos días, cuando los monstruos no eran meros mitos y leyendas, esa era la forma en que debían vivir. La gente reunió horcas y teas, por supuesto, y se aposto allí donde Carlisle había visto a los monstruos de la calle. Al final, apareció uno. Debía de ser muy viejo y estar debilitado por el hambre. Carlisle le oyó como avisaba a los otros en latín cuando detecto el efluvio del gentío. Luego, corrió por las calles y Carlisle, que tenía veintitrés años y era muy rápido, encabezo la persecución. La criatura podía haberlos dejado atrás con facilidad, pero se revolvió y, dándose la vuelta, los ataco. Carlisle piensa que debía de estar sediento. Primero se abalanzo sobre él, pero le plantó cara para defenderse y había otros muy cerca a quienes atacar. El vampiro mato a dos hombres y se escabullo llevándose un tercero y dejando a Carlisle sangrando en la calle. Sabía lo que haría su padre: quemar los cuerpos y matar a cualquiera que hubiera resultado infectado por el monstruo. Carlisle actuó por instinto para salvar su piel. Se alejó a rastras del callejón mientras la turba perseguía al monstruo y a su presa. Se ocultó en un sótano y se enterró entre patatas podridas durante tres días. Es un milagro que consiguiera mantenerse en silencio y pasar desapercibido- aun después de tanto tiempo no entendía como había luchado por no gritar por el fuego que le consumía.-se dio cuenta de que se había convertido cuando todo termino- mire a Bella. Estaba expectante con la historia.- ¿Cómo te encuentras?
-estoy bien- pero sus ojos estaban cargados de preguntas y se mordió el labio inferior
-espero-le dije con una sonrisa- que tengas algunas preguntas que hacerme
-unas cuantas- le cogí de la mano y nos dirigimos al despacho de Carlisle.
-en ese caso, vamos- le anime- te lo voy a mostrar.
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Mensaje por bella cullen @ Mar Mayo 24, 2011 9:29 pm

por fin estoy al dia con este fic y esta genial : )
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Mensaje por Edward Cullen. Miér Mayo 25, 2011 3:47 pm

lo tengo algo parado...a ver si me pongo a escribirlo de nuevo
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Mensaje por Edward Cullen. Miér Mayo 25, 2011 4:00 pm

Capítulo 13: Carlisle
-adelante- nos invitó Carlisle. Abrí la puerta del despacho y atraje a Bella adentro. Carlisle cerró el libro y le marco la página en que se había quedado.
-¿Qué puedo hacer por vosotros?- nos preguntó mientras se levantaba y se acercaba a nosotros con paso tranquilo.
-querría enseñarle a Bella un poco de nuestra historia. Bueno en realidad, de tu historia.
-no pretendíamos molestarte- se disculpó Bella.
-en absoluto ¿por dónde vais a comenzar?
-por lo cuadros- gire a Bella del hombro para que observara la puerta por la que habíamos pasado. Su corazón volvió a ir a mil como cada vez que la tocaba y se sonrojo de vergüenza por que Carlisle también lo oyera. La hacer que al cuadro de la izquierda donde comenzaban las vivencias de Carlisle.
-Londres de 1650
-el Londres de mi juventud- añadió Carlisle que se había acercado a un metro de nuestra posición. Bella se estremeció. Seguramente no le había iodo acercarse.
-¿le vas a contar la historia?- le inquirí. “han telefoneado del hospital. El cuerpo de un trabajador de la central ha sido encontrado a las afueras de la ciudad. Tendré que examinarlo para saber si son nuestros “amigos” y cambiar el motivo de la muerte”
-lo haría- replico- pero de hecho llego tarde. Han telefoneado del hospital esta mañana. El doctor Snow se ha tomado el día de permiso. Además, te conoces la historia como yo- me dijo sonriendo y abandono la habitación.
-¿Qué sucedió luego? ¿Qué ocurrió cuando comprendió lo que le había pasado?- me dijo Bella admirando las pinturas
-cuando supo que se había convertido, se rebeló contra su condición, intento destruirse, pero eso no es fácil de conseguir.
-¿Cómo?
- se arrojó desde grandes alturas e intento ahogarse en el océano, pero en esa nueva vida era joven y fuerte. Resultaba sorprendente que fuera capaz de resistir el deseo…de alimentarse…cuando era aun tan inexperto. El instinto es más fuerte en ese momento y lo arrastra todo, pero sentía tal repulsión hacia lo que era que tuvo más fuerza para intentar matarse de hambre
-¿eso es posible?- susurro
-no, hay muy pocas formas de matarnos- abrió la boca para preguntar pero yo continúe con la historia-de modo que su hambre crecía y al final se debilito. Se alejó cuanto pudo de toda población humana al detectar que su fuerza de voluntad también se estaba debilitando. Durante meses, estuvo vagabundeando de noche en busca de lugares más solitarios, maldiciéndose. Una noche una manada de ciervos cruzo junto a su escondrijo. La sed le había vuelto tan salvaje que los ataco sin pensarlo. Recupero las fuerzas y comprendió que había una alternativa a ser el vil monstruo que quería ser. ¿Acaso no había comido venado en su anterior vida? Podía vivir sin ser un demonio y de nuevo se halló a sí mismo. Comenzó a aprovechar mejor su tiempo. Siempre había sido inteligente y ávido de aprender. Ahora tenía un tiempo ilimitado por delante. Estudiaba de noche y trazaba planes durante el día. Se marchó a Francia a nado y…
-¿nado hasta Francia?- me corto.
-nadar es fácil para nosotros…
-todo es fácil para ti- se quejó. Le mire esperando a que me dejara continuar-no volveré a interrumpirte otra vez, lo prometo. Reí entre dientes
-es fácil porque, técnicamente, no necesitamos respirar
-tu…
-no, no, lo has prometido- le dije riéndome y tapándole la boca con un dedo-¿quieres oír la historia o no?
-no me puedes soltar algo así y esperar que no diga nada- mascullo con mi dedo en sus labios. Y la suave brisa de su aliento me los calentó. Retire mi mano y la apoye sobre su cuello. Su corazón se desboco ante este contacto físico-¿no necesitas respirar?
-no, no es una necesidad. Solo un hábito
-¿Cuánto puedes estar sin respirar?- me encogí de hombros
-supongo que indefinidamente, no lo sé. La privación del sentido del olfato resulta un poco incomoda
-un poco incomoda- repitió. Nunca mostraba signos de debilidad. Ni siquiera nos temía. ¿Qué pasaría el día que eso ocurriera? Retire mi mano de su cuello. ¿Y si ella recobrara esa cordura que yo intuía que tenía?
-¿Qué ocurre?- susurro mientras me acariciaba el rostro
-sigo a la espera de que pase
-¿a que pase el que?- estaba asustada
-sé que en algún momento- le explique para que se relajara-habrá algo que te diga o que te haga ver que va a ser demasiado. Y entonces te alejaras de mi entre alaridos- esboce media sonrisa- no voy a detenerte. Quiero que suceda, porque quiero que estés a salvo. Y aun así, quiero estar a tu lado. Ambos deseos son imposibles de conciliar…
-no voy a irme a ningún lado- me prometió. Pero yo tenía que ser realista, no dejarme llevar por sueños absurdos.
-ya lo veremos. Bueno, continuemos…Carlisle se marchó a Francia a nado. Continúo por Europa y sus universidades. De noche estudio música, medicina y encontró su vocación y su penitencia en salvar vidas. No se describir su lucha de forma adecuada. Carlisle necesito dos siglos de atormentados esfuerzos para perfeccionar su autocontrol. Ahora es prácticamente inmune al olor de la sangre humana y es capaz de hacer el trabajo que adora sin sufrimiento. Obtiene una gran paz de espíritu, en el hospital…-¿Cómo era capaz de soportarlo? ¿Sería que con los años yo también me insensibilizara así? ¿Podría llegar un día a darle lo que Bella necesitaba? Continúe con mi relato, señalando un cuadro en el que estaba con los Vulturis- estudio en Italia cuando descubrió que allí había otros. Eran mucho más civilizados y cultos que los espectros de las alcantarillas Londinenses. Los amigo se Carlisle fueron una gran fuente de inspiración para Francesco Solimena. A menudo los representaba como dioses. Aro, Marco, Cayo- le dije mientras iba señalando uno por unos a los integrantes- los patrones nocturnos de las artes.
-¿Qué fue de ellos?
-siguen ahí, como llevan haciendo desde hace quien sabe cuántos milenios. Carlisle solo estuvo entre ellos por un breve lapso de tiempo, apenas unas décadas. Admiraba profundamente su amabilidad y su refinamiento, pero persistieron en su intento de curarle de aquella aversión a su “fuente natural de alimentación”. Ellos intentaron persuadirle y el a ellos, en vano. Llegados a este punto, Carlisle decido probar suerte en el Nuevo Mundo. Soñaba con hallar a otros como el. Ya sabes, estaba muy solo. Transcurrió mucho tiempo sin que encontrara a nadie, pero podía interactuar entre los confiados humanos como si fuera uno de ellos porque los monstruos se habían convertido en tema para los cuentos de hadas. Comenzó a practicar la medicina. Pero rehuía el ansiado compañerismo al no poderse arriesgar a un exceso de confianza. Trabajaba por las noches en el hospital de Chicago cuando golpeo la pandemia de gripe. Le había estado dando vueltas durante varios años y casi había decidido actuar. Ya que no encontraba un compañero, lo crearía, pero dudaba si hacerlo o no, ya que el mismo no estaba totalmente seguro de cómo se había convertido. Además, se había jurado no arrebatar la vida a nadie de la misma manera que se la había robado a él. Estaba en ese ánimo cuando me encontró. No había esperanzas para mí. Me habían dejado en la sala de los moribundos. Había asistido a mis padres, por lo que sabía que estaba solo en el mundo y decidió intentarlo….- recordé el dolor de la ponzoña recorriendo mi cuerpo y la sensación de que me estaban quemando vivo. Pero gracias a que Carlisle me salvo yo estaba aquí con Bella. Esboce una sonrisa.
-y así es como se cerró el circulo
-entonces ¿siempre has estado con Carlisle?
-casi siempre- le agarre por la cintura y salimos del despacho hacia el vestíbulo.
-¿casi?- claro. Tenía que explicárselo aunque no quisiera. Suspire
-bueno, tuve el típico brote de rebeldía adolescente unos diez años después de…nacer…o convertirme, como prefieras llamarlo. No me resignaba a llevar su vida de abstinencia y estaba resentido con él por refrenar mi sed, por lo que me marche a seguir mi camino durante un tiempo.
-¿de verdad?
Nos estaba acercando al siguiente tramo de escaleras. Ella no estaba asustada sin intrigada
-¿no te causa repulsa?
-no
-¿Por qué?
-supongo que… suena razonable
Entendía mis motivos de rebeldía. Me reí con ganas. Estábamos ya en el piso de arriba
-goce de las ventajas de saber que pensaban todos cuanto me rodeaban, fueran humanos o no, desde el momento de mi renacimiento- susurre- esa fue la razón por la que tarde diez años en desafiar a Carlisle…podía leer su absoluta sinceridad y comprender la razón de su forma de vida. Apenas tarde unos pocos años en volver a su lado y comprometerme de nuevo con su visión. Creí poderme librar de los remordimientos de conciencia, ya que podía dejar a los inocentes y perseguir solo a los malvados al conocer sus pensamientos. Si seguía a un asesino hasta un callejón oscuro donde acosaba a una chica, si la salvaba, en ese caso no sería tan terrible. Pero con el paso del tiempo comencé a verme como un monstruo. No podía rehuir la deuda de haber tomado demasiadas vidas, sin importar cuanto se lo merecieran, y regrese con Carlisle y Esme. Me acogieron como al hijo prodigo. Era más de lo que merecía.
Estábamos frente a mi habitación. ¿Le gustaría?
-mi habitación- le dije abriendo la puerta.
Observo atentamente mi habitación. Yo la tenía tapizada con tela y unas alfombras. Tenía una gran colección de música y ella la observo rápidamente.
-¿para conseguir una buena acústica?
Asentí y encendí la cadena. El sonido del jazz inundo la habitación. Bella se dirigió a los CDs y los estuvo mirando
-¿Cómo los clasificas?
-esto…por año y luego por preferencia personal dentro de ese año- estaba feliz de que Bella nos aceptara.
-¿Qué ocurre?
-contaba con sentirme aliviado después de habértelo explicado todo, de no tener secretos para ti, pero no esperaba sentir más que eso. Me gusta. Me hace feliz-dije encogiéndome de hombros.
- me alegro- me devolvió una sonrisa
¿Saldría huyendo con la siguiente historia que le contase? ¿O seguiría aquí conmigo? Me entristeció perderla.
-aun sigues esperando que salga huyendo, gritando espantada ¿verdad?- le sonreí y asentí con la cabeza-lamento estropearte la ilusión, pero no inspiras tanto miedo, de veras. De hecho, no me asustas nada en absoluto.
No me lo podía creer. Si quería bromear, bromearíamos enserio.
-no deberías haber dicho eso, de veras- emití un sordo gruñido gutural y le mostré mis dientes perfectos. No quería asustarla mucho. Me agache para dar un salto sobre mi presa- no deberías haberlo dicho
Salte hacia ella haciéndole presa con mis brazos y cuando caímos encima del sofá este se deslizo hasta la pared. Bella respiraba agitadamente pero realmente no me tenía miedo a mi si no al susto del empujón. Intento ponerse en pie pero no se lo permití
-¿Qué era lo que decías?- le pregunte juguetón
-que eres un monstruo realmente aterrados- jadeo
-mucho mejor
-esto…-forcejeo. Oí la voz mental de Alice acercándose para comprobar que todo estaba bien- ¿me puedes bajar ya?
-¿se puede?- pregunto antes de entrar.
-adelante- acomode a Bella sobre mi regazo y al entrar Alice en la habitación y sentarse en el suelo con las piernas cruzadas Bella se puso roja. Jasper no se veía capaz de cruzar el umbral pero con su don se dio cuenta de que la cosa no iba enserio que era todo una broma.
-parecía que te ibas a almorzar a Bella y veníamos a ver si la podías compartir- Bella se puso rígida al instante. Me reí por la poca confianza que depositaba a veces en nosotros que éramos vegetarianos.
-lo siento. No creo que haya bastante para compartir- le replique
-de hecho- dijo Jasper, sonriendo a su pesar cuando entro en la habitación- Alice anuncia una gran tormenta para esta noche y Emmett quiere jugar a la pelota.¿ te apuntas?
Tenía tantas ganas de volver a retarme con Emmett. El último partido lo gano él y quería la revancha. Pero Bella estaba allí.
-traerías a Bella por supuesto- añadió Alice. Jasper se puso nervioso pero le dirigió una mirada tranquilizadora y se relajo
-¿quieres ir?- le pregunte a Bella
-claro. Eh ¿Dónde vamos?
-hemos de esperar a que truene para jugar, ya verás la razón- le prometí. Desde luego era un gran espectáculo vernos jugar.
-¿necesitare un paraguas?
Los tres nos echamos a reír. Para nosotros la lluvia no era nada molesta y si nos llovía no pasaba más que nos mojábamos. Entonces Jasper se dio cuenta de que para ella si sería molesta la lluvia
-¿lo va a necesitar?- le pregunto a Alice
-no. La tormenta va a descargar en el pueblo. El claro del bosque debería estar bastante seco
-en ese caso perfecto- les dije
-vamos a ver si Carlisle quiere venir- y se levantó del suelo.
-como si no lo supieras- la pincho Jasper pero al salir nos cerraron la puerta
-¿a qué vamos a jugar?- quiso saber
-tú vas a mirar- aclare- nosotros jugaremos al beisbol
-¿a los vampiros les gusta el beisbol?
- es el pasatiempo americano- le replique con solemnidad.
Edward Cullen.
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Mensaje por Edward Cullen. Jue Mayo 26, 2011 6:19 pm

Capítulo 14: beisbol al estilo vampiro.
Apenas había empezado a lloviznar cuando doble la esquina para entrar en la calle de Bella. Entonces vi un coche negro, un Ford desvencijado, aparcado en el camino de entrada a la casa.
-¡malditos perros! Siempre en medio, porque no se irán a sus tierras y dejaran de invadir nuestra parte del tratado.-masculle en voz muy bajita para que Bella no me oyera. Empecé a oír los pensamientos de los Black- esto…esto es pasarse de la raya.
Aparque detrás del anticuado coche. Jacob estaba detrás de su padre debajo del porche. Billy me lanzaba miradas asesinas y yo tenía que controlar todos mis instintos de salir a matarlo. No me gustaba nada como olian estas personas.
-¿han venido a avisar a Charlie?- me pregunto Bella horrorizada
Asentí con la cabeza mirando a Billy. Sus pensamientos eran confusos. No comprendía como era capaz de tan cerca de Bella sin herirla pero a la vez pensaba que Bella y Charlie debían saber la verdad. Si revelaba nuestra condición entonces no habría tratado y nos tendríamos que marchar para no ser nosotros los que empezáramos la guerra aunque en estos momentos dos perros contra siete vampiros no eran un gran reto.
-déjame arreglarlo a mí- me pidió Bella
-quizás sea lo mejor, pero, de todos modos, ten cuidado. El chico no sabe nada.- algo de lo que dije le molesto
-Jacob no es mucho más joven que yo-me recordó. Aunque para mí los dos eran niños frente a mi edad. Mire a Bella y toda la ira que sentía por esos dos individuos desapareció
-sí, ya lo sé- suspiro y puso la mano en la manija de la puerta- haz que entren en casa para que me pueda ir-no pensaba abandonarla tan pronto- volveré hacia el atardecer
-¿quieres llevarte el coche?
Otra vez me trataba como un humano. No me costaría mucho llegar corriendo a casa. Puse los ojos en blanco por su repentina comprensión.
-puedo llegar a casa mucho más rápido de lo que me puede llevarme este coche.
-no tienes por qué irte- dijo apenada. Sonreí para darle fuerzas para aguantar este rato sin mi presencia. Los dos nos echábamos de menos y lo pasábamos mal.
-he de hacerlo- mire a los Black como la escoria que yo consideraba que eran- una vez que te libres de ellos, debes prepara a Charlie para presentarle a tu nuevo novio. Sonreí
-muchas gracias- dijo refunfuñando. Me reí. No quería hacerlo pero a mí me parecía lo más correcto dadas las circunstancias
-volveré pronto- me incline para besarla justo debajo de la mandíbula. El corazón se desboco alocado y Billy tenía la mente más cargada de blasfemias que unos segundos atrás.
-pronto- remarco y de un salto salió del coche para reunirse en el porche con su visita.
Los saludo formalmente y entraron. Aproveche para encaramarme al árbol más cercano desde el cual no podrían verme pero yo estaría al tanto de todo. Billy mando a su hijo a por un cuadro para quedarse a solas con Bella. Tenía que reconocer que la chica era valiente y le plantó cara mientras Jacob buscaba un cuadro que no estaba en el coche. Este niño no pensaba como los demás. Su mente tenía tal volumen que hasta me costaba seguir el hilo de los sucesos dentro de la casa. Pero la cosa termino más rápido de lo que pensaba y al fin Bella consiguió que no le contaran nada a su padre. Billy vio la derrota y se retiró con orgullo. Me quede más tranquilo al saber que las cosas no iban a empeorar.
De un salto baje del árbol y me dirigí a casa. Como siempre que nos íbamos a jugar al beisbol estaríamos en el prado y era de difícil acceso con la camioneta de ella y aún menos con mi coche. Tendría que pedirle a Emmett el Jeep pues Bella se mareaba cuando yo corría. La cosa fue fácil y quede en reunirme con ellos en el prado. Me puse el chándal y la gorra y me marche a por Bella y a conocer a mi futuro suegro.
Cuando llegue estaban teniendo una conversación padre-hija y no quería interrumpirles hasta que supiese que pensaba Charlie sobre todo esto.
-pues la otra noche me dijiste que no te interesaba ningún chico del pueblo.
-bueno Edward no vive en el pueblo papa- ¡esta chica sabe luchar!- y de todos modos estamos empezando todavía, ya sabes. No me hagas pasar un mal rato con todo ese sermón de novios y tal ¿vale?
-¿Cuándo vendrá a recogerte?
-llegara en unos minutos
-¿A dónde te va a llevar?
-espero que te vayas olvidando ya de comportarte como un inquisidor ¿vale? Vamos a jugar al beisbol con su familia- Bella se estaba enfadando. Sería mejor dejarse de medias tintas y aparcar en la acera.
-¿Qué tú vas a jugar al beisbol?
-bueno más bien creo que voy a mirar la mayor parte del tiempo
-pues sí que tiene que gustarte ese chico.
Acelere para que dentro me oyeran llegar y me baje del coche. Estaba sumamente nervioso y tuve que medir mi fuerza antes de tocar la puerta para no tirarla abajo. Oí los pasos de la familia Swan acercándose a la puerta.
-entra Edward- Bella suspiro aliviada por algo
Estuvimos hablando un poquito de lo que haríamos esa noche y le jure que traería a Bella sana y salva a casa. Bella se enfadó porque hablábamos de ella como si no estuviese y salió hacia el porche donde se quedó estupefacta por el gran Jeep de Emmett.
Ayude a Bella a subir al coche pues solo las ruedas le llegaban por la cintura sin que Charlie me viera y di la vuelta a paso normal hasta la cabina del piloto. Cuando me senté en el asiento Bella luchaba contra el arnés de seguridad.
-¿Qué es todo esto?
-un arnés para conducir campo a traves
-oh, oh
Le ayude a ponerse el arnés. Gracias a dios la lluvia impedía a Charlie ver lo que pasaba dentro del vehículo pues le hubiese puesto de mal genio ver como mis manos pasaban por el cuerpo de su hija. Con cada movimiento de mis manos el corazón de Bella se detenía. Cuando le ate bien arranque y salimos a la carretera.
-esto es… ¡vaya pedazo de jeep tienes!
- es de Emmett. Supuse que no querrías correr todo el camino
-¿Dónde guardáis este tanque?
-hemos remodelado uno de los edificios exteriores para convertirlo en garaje
-¿no te vas a poner el cinturón?
Le mire incrédulo. De repente agrando los ojos y abrió la boca de estupefacción
-¿correr todo el camino? O sea ¿Qué una parte si la vamos a hacer corriendo?
-no serás tú quien corras- le dije con una amplia sonrisa en la cara
-me voy a marear- dijo mordiéndose el labio.
-si cierras los ojos, seguro que estarás bien- me incline para olerle la coronilla. Un dulce aroma de su cuerpo mezclado con la lluvia nublo mis sentidos y gemí- hueles deliciosamente a lluvia
-pero ¿bien o mal?
-de las dos maneras- suspire- siempre de las dos maneras
Dejamos de hablar al llegar a la carretera secundaria puesto que Bella iba botando en el asiento y era algo complicado entender sus frases y no quería hacerle sentir mal. Por fin aparque el Jeep al final del camino. Había dejado de llover
-lo siento Bella pero desde aquí tenemos que ir a pie
-¿sabes qué? Que casi mejor te espero aquí
-pero ¿Qué le ha pasado a tu coraje? Estuviste estupenda esta mañana
-todavía no se me ha olvidado la última vez- estaba nerviosa. Me baje del coche y me acerque a su puerta para desatarle el arnés- ya los suelto yo, tú, vete
-hummm…me parece que voy a tener que forzar un poco la memoria.
Antes de que pudiera reaccionar la saque del Jeep y la puse entre este y mi cuerpo colocando lo más cerca de ella posible. Iba a emplear todas mis armas de vampiro para embelesarle.
-¿forzar mi memoria? ¿Cómo?
-algo como esto- apoye mis manos en el jeep y me incline todo lo posible sin llegar a rozar sus labios-ahora dime ¿Qué es exactamente lo que te preocupa?
-esto bueno…estamparme contra un árbol y morir. Ah y marearme
Incline mi cabeza para que mis labios rozaran el hueco de la base de su garganta
-¿sigues preocupada?- murmure contra su piel
-¿sí?- se estaba embelesando- me preocupa terminar estampada en los árboles y el mareo
Trace una línea a traves de su cuello hasta barbilla
-¿y ahora?
-arboles- le estaba empezando a costar respirar- movimiento, mareo
Bese suavemente sus parpados
-Bella en realidad no crees que te vayas a estampar contra un árbol ¿a qué no?
-no, aunque podría
Le bese lenta y suavemente descendiendo por su mejilla hasta detenerse en la comisura de sus labios
-¿crees que dejaría que te hiriera un árbol?- roce su labio inferior con el mío. Deseaba besarle pero tenía que aguantar un poco más para que se convenciera que no era tan mala idea el subirse a mi espalda
-no- por fin se dio por vencida
-ya ves- le dije moviendo mis labios encima de los suyos- no hay nada de lo que tengas que asustarte ¿a qué no?
-no- suspiro. Cogí su cara entre mis manos y casi con rudeza le bese. Sus brazos abrazaron mi cuello y lo atrajeron hacia sí. Me tambalee hacia atrás liberándome de su abrazo.
-¡maldita sea Bella!- jadee- ¡eres mi perdición, te lo juro que lo eres!
Deseaba dejarme llevar. Recorrer todo su cuerpo pero a la vez temía hacerle daño. Si perdía el control con ella todo se acabaría y tendría que vivir el resto de mis días con esa culpa en mi consciencia. Culpa que no quería asumir. Bella se agacho y se agarró las rodillas estaba mareada
-eres indestructible- mascullo intentando recuperar el aliento
-eso creía antes de conocerte. Ahora será mejor que salgamos de aquí rápido antes de que cometa alguna estupidez de verdad- gruñí
La puse a mi espalda y me abrazo con piernas y brazos
-no te olvides de cerrar los ojos- le advertí antes de que hundiese su cabeza en mis omoplatos y empezara a correr. No nos llevó más de tres minutos llegar cerca del prado. No quería que mi familia la viese en el caso de que estuviera mareada. Le avise tocándole el pelo
-ya paso Bella
Se deshizo de su abrazo y resbalo por mi espalda.
-¡ay!- grito. Cuando me di la vuelta se había caído de espaldas y su cara mostraba una frustración tremenda y una expresión desconcertada. Rompí a reír con ganas. Se levantó enfadada y se limpió de barro y de ramitas. Pero yo no podía dejar de reír y se enfadó aún más y se dirigió a zancadas al lado opuesto a donde estaba mi familia
-¿A dónde vas Bella?
-a ver un partido de beisbol. Ya que tú no pareces interesado en jugar, voy a asegurarme de que los demás se diviertan sin ti.
-pero si no es por ahí…
Se dio la vuelta sin mirarme y siguió andando a grandes zancadas en la dirección opuesta pero le atrape
-no te enfades, no he podido evitarlo. Deberías haberte visto la cara- me reí entre dientes sin poder contenerme
-ah claro, aquí tu eres el único que se puede enfadar ¿no?- me pregunto arqueando las cejas
- no estaba enfadado contigo
-¿Bella eres mi perdición?
-eso fue simplemente la constatación de un hecho
Intento revolverse pero la volvía a sujetar
-te habías enfadado- insistió
-si
-pero si acabas de decir…- me había malinterpretado mis sentimientos hacia ella
-no estaba enfadado contigo Bella ¿es que no te das cuenta? ¿Es que no lo entiendes?
-¿entender qué?- estaba confundida. Aun no entendía mis sentimientos por ella
-nunca podría enfadarme contigo ¿Cómo podría? Eres tan valiente, tan leal, tan…cálida
-entonces ¿Por qué?- susurro. Le puse las manos en su cara
-estaba furioso conmigo mismo- le dije con dulzura- por la manera en que no dejo de ponerte en peligro. Mi propia existencia ya supone un peligro para ti. Algunas veces, de verdad me odio a mí mismo. Debería ser más fuerte, debería ser capaz de…
Me tapo la boca con la mano
-no lo digas
Retire su mano de mi boca pero no la aparte mucho
-te quiero. Es una excusa muy pobre para todo lo que te hago pasar pero es la pura verdad. Ahora intenta cuidarte ¿vale?- le avise. Mis labios se posaron unos segundos sobre los suyos y ella se quedó completamente quieta, controlándose.
-le prometiste al jefe Swan que me llevarías a casa temprano ¿recuerdas? Así que será mejor que nos pongamos en marcha
- si señorita
Le cogí una mano y nos encaminamos al campo que quedaba detrás de unos abetos. En una roca lisa estaban sentados Esme, Rosalie y Emmett. Jasper y Alice calentaban lanzándose una bola y Carlisle marcaba las bases del campo.
Esme y Emmett se encaminaron hacia nosotros mientras Rosalie nos dio la espalda en la dirección opuesta
-¿es a ti a quien hemos oído Edward?- pregunto Esme
-sonaba como si estuvieran ahogando a un oso- aclaro Emmett
Bella sonrió tímidamente a Esme y afirmo
-sin querer Bella resultaba muy cómica en ese momento- explique rápidamente intentando apuntarme un tanto. Alice se nos acercó para avisarnos de que era la hora de empezar y todos nos colocamos en nuestras posiciones. Bella seria nuestro arbitro siempre y cuando las viese.
El partido estaba yendo muy bien y parecía que Bella se lo estaba pasando en grande con nuestro juego y las trampas que de vez en cuando hacíamos. Era el turno de batear de Carlisle pero una visión de Alice nublo mis sentidos. Tres personas venían corriendo hacia nosotros. Sus ojos no eran del mismo color que el nuestro. Eran los visitantes que habíamos estado esperando. ¿Cómo había expuesto así a Bella? Tenía que sacarla de allí enseguida.
-¿Alice?- pregunto Esme con voz tensa
-no lo he visto con claridad, no podría deciros…-susurro ella
Para entonces todos estábamos reunidos junto a Bella
-¿Qué pasa Alice?- le pregunto Carlisle con voz tranquila, cargada de autoridad.
-viajan mucho más rápido de lo que yo pensaba. Creo que me he equivocado en eso- murmuro. Jasper se inclinó para tranquilizarla con su extraño don
-¿Qué es lo que ha cambiado?
-nos han oído jugar y han cambiado de dirección
Todos miramos de repente a Bella. Teníamos que sacarla de allí cuanto antes.
-¿Cuánto tardaran en llegar?- inquirió Carlisle mirándome. Ya les estaba empezando a escuchar
-menos de cinco minutos. Viene corriendo, quieren jugar
-¿puedes hacerlo?
-no, con carga, no. Además lo que menos necesitamos es que capten el olor y comiencen la caza.- no quería ser tan directo delante de Bella que se había quedado blanca por el miedo
-¿Cuántos son?- pregunto Emmett a Alice
-tres
-¡tres! Déjalos que vengan
Carlisle barajaba opciones. Nunca quería entrar en guerra con nadie si se podía evitar y gracias a eso teníamos la casa en Forks.
-nos limitaremos a seguir jugando. Alice dijo que solo sentían curiosidad.
Esme me pregunto si estaban sedientos e intente que Bella no viese mi negación. No quería ponerla más nerviosa de lo que ya estaba. Todos recobraron su posición menos Edward que se intercambió con Esme para estar cerca de mí.
-suéltate el pelo y póntelo por delante de la cara
-eso no servirá la puedo oler desde el otro lado del campo-apunto Alice
-lo sé- me estaba poniendo muy nervioso- no te alejes de mi lado- intente parecer tranquilo como si no corriera peligro
Continuamos con el juego pero yo no estaba pendiente de este. Vigilaba el bosque a la espera de volver a verlos esta vez en carne y hueso.
-lo siento Bella-murmure enfadado- exponerte de este modo ha sido estúpido e irresponsable por mi parte ¡Cuánto lo siento!
De repente los oí más cerca y fije la vista en la orilla oeste del prado. Me interpuse entre ellos y Bella. Y todos notaron mi cambio y pararon el juego para mirar en la misma dirección.
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Mensaje por bella cullen @ Jue Mayo 26, 2011 10:53 pm

uy genial viene la prte mas interesante la llegada de los nomadas !!!

genial fic cheers
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